Seminaristas de Valencia y de Burgos, finalistas de la primera Copa Nacional de Seminarios de España, presidida por el Arzobispo en Moncada

Seminaristas de las diócesis de Valencia y de Burgos han sido los finalistas de la primera Copa Nacional de Seminarios de España, un campeonato de fútbol sala pionero, organizado a nivel nacional por los propios jóvenes en Moncada, que ha unido fe y deporte, emoción y competitividad y que ha fomentado valores ejemplares como el trabajo en equipo y el compañerismo.

La entrega de trofeos fue presidida ayer tarde por el arzobispo de Valencia, monseñor Enrique Benavent, tras disputarse el partido final entre los seminaristas de Valencia y de Burgos. Tras empatar los dos equipos en el tiempo reglamentario (1-1), y tener que ir a una prórroga, los valencianos marcaron dos goles, por lo que se alzaron con la victoria (3-1).

Entre las distinciones concedidas ayer, también figuró el reconocimiento al "mejor portero valorado del torneo", el seminarista Luis Vicente Endón, procedente de Soria pero integrante del equipo de Burgos, y al "pichichi" -el jugador que más goles ha marcado-, el joven Rodrigo Camarero, también de Burgos.

Los seminaristas recibieron sus trofeos y reconocimientos de manos de monseñor Benavent que felicitó a todos por la iniciativa.

Según Luis Vicente Endón esta experiencia ha sido "muy bonita e interesante por la posibilidad de conocer a otros seminaristas de España". Endón, que paró dos penaltis, añade que "llegar hasta la final requiere darlo todo por nuestro Seminario y también por uno mismo".

Igualmente, Rodrigo Camarero asegura que "ha sido una iniciativa muy chula para todos los seminaristas que quizás no estamos acostumbrados a algo tan lúdico y deportivo pero, a la vez, tan enriquecedor que, al final, ha sido una excusa para conocernos mejor y compartir. Nos lo hemos pasado todos muy bien", explica.

Un "regalo" es la palabra que define la primera Copa Nacional de Seminarios celebrada en Valencia, según Jaume Pastor, uno de los seminaristas valencianos que han promovido esta competición.

"Ganar la Copa es lo de menos porque la convivencia de estos días entre todos nosotros ha sido brutal", subraya. Además de los partidos de fútbol sala, "hemos disfrutado mucho con los talleres del Padre Joaquín y de la madre Verónica, que nos han llenado mucho y cuyo mensaje es la importancia de apoyarse en los hermanos".

En definitiva, esta iniciativa "nos da esperanza porque compartes tu tiempo con otras personas que también se emocionan, como tú, con el fútbol, pero también con la oración o con el silencio", concluye Pastor.

Por su parte, el rector del Seminario La Inmaculada de Moncada, Fernando Ramón, ha elogiado este campeonato, impulsado por los propios seminaristas y ha destacado el buen nivel de juego y deportividad. "Ha sido una experiencia muy positiva y superadas las dificultades en un primer momento causadas por la lluvia, todo se ha desarrollado a la perfección".

Durante estos días, en el campo se han enfrentado equipos de seminaristas, 20 de ellos procedentes de la diócesis de Valencia y el resto, unos 50, de los Seminarios diocesanos de Burgos y de Ciudad Real y de los Seminarios Misioneros Diocesanos 'Redemptoris Mater' de Vitoria y de Castellón.

También el rector del Seminario de Ciudad Real, Juan Serna, afirma que los seminaristas han participado en este campeonato con entusiasmo, y con mucha emoción. "La idea ha sido venir a jugar y a competir pero, sobre todo, a convivir y ese objetivo se ha cumplido al cien por cien. Hemos sido muy bien acogidos y estamos como en casa".

El Seminario Mayor "La Inmaculada" de Moncada (Valencia) ha acogido del 2 al 5 de septiembre, a más de 70 seminaristas, 50 de ellos de otras diócesis, para participar en la Copa Nacional de Seminarios de España, el primer campeonato de fútbol sala que se organiza para futuros sacerdotes.

Los partidos de fútbol se disputaron entre el domingo y el lunes en las instalaciones del Colegio CEU San Pablo de Moncada, al aire libre, y ayer por la tarde acudió el Arzobispo de Valencia.

Se trata de un campeonato pionero en el que "el fútbol es una excusa para juntarnos seminaristas de toda España para poder conocernos mejor convivir y así poder, en el futuro, trabajar en equipo cuando lo necesitemos", explican Jaume Pastor y Ramón Cuenca, los seminaristas valencianos que han promovido esta Copa de Seminarios.

Igualmente, el encuentro ha incluido en el Seminario Mayor, actividades formativas para ellos y otras acciones abiertas al público en general.

Así, ayer por la mañana se desarrollaron dos talleres para los seminaristas y los formadores del Seminario de Valencia, uno a cargo del Padre Joaquín, párroco en Madrid muy conocido y seguido en redes sociales, y otro impartido por la religiosa Verónica Berzosa, fundadora de Iesu Communio.

Y, por la tarde, tras celebrarse las semifinales y la final, con la entrega de premios, todos se trasladaron al Seminario, a su iglesia mayor, para compartir la Hora Santa, preparada por los propios seminaristas y abierta a la participación de todos.

También tuvo lugar una cena benéfica, en la que participaron 800 personas. Los beneficios se destinarán a becas para los seminaristas de la selva ecuatoriana del Seminario de los Vicariatos Apostólicos de Ecuador, en Quito.

Igualmente, desarrollaron otra actividad, el "Hemiciclo", en la que los seminaristas respondieron todas las dudas que les plantearon los participantes.

Hoy, martes, 5 de septiembre es la última jornada del encuentro, un día de convivencia para los seminaristas que participan.

La idea de poner en marcha esta Copa Nacional de fútbol sala de Seminarios fue de Jaume Pastor y Ramón Cuenca, dos jóvenes que están formándose en el Seminario Mayor de Valencia para ser sacerdotes.

El rector del Seminario Mayor de Moncada, Fernando Ramón, compartió el proyecto con todos los rectores de España. La Conferencia Episcopal Española (CEE) apoyó la iniciativa. Y el resultado es un campeonato que nace con ganas de perpetuarse en los próximos años.

"Se trata de crear un espacio en el que nos pongamos rostro. Somos más de mil seminaristas en España, gente normal que sigue al Señor, y en este encuentro queremos compartir un tiempo de oración, reír juntos y formarnos juntos. Qué mejor excusa que jugar un partido de fútbol entre jóvenes de 18 a 30 años donde, además, surge la amistad", concluyen.