El Centro de Instrucción de Medicina Aeroespacial (CIMA), dependiente del Ejército del Aire y del Espacio, cumple 85 años de servicio a España, "una Institución que ha sido y continúa siendo un pilar fundamental en la salud, la seguridad y el rendimiento del personal civil y militar aeronáutico de nuestra nación". Así lo afirmaba el director de Sanidad del Ejército del Aire y del Espacio, general Juan de Dios Sáez Garrido, durante el acto de aniversario organizado en la sede del centro en la Base Aérea de Torrejón de Ardoz (Madrid).
Para ello, se organizaron una serie de conferencias con las que se puso en valor la evolución del CIMA en estos años, así como la influencia que ha aportado en grandes hitos de la historia aeronáutica.
Desde su fundación, este centro ha combinado el rigor científico con el espíritu de servicio, consolidándose como un referente en la formación, investigación y aplicación de la medicina aeroespacial. "Aquí se han forjado generaciones de profesionales que han dedicado su conocimiento, esfuerzo y vocación al cuidado de quienes, con valor y disciplina, surcan los cielos", afirmaba el director de Sanidad del EA.
Así, entre sus cometidos principales destaca la evaluación médica del personal de vuelo tanto civil como militar –cada año se superan los 5000 reconocimientos-, así como nacional e internacional, siempre a nivel pericial y garantizando la condición psicofísica de dicho personal. Además, pretende desarrollar medidas preventivas que permitan mejorar las cualidades del personal, todo ello a través de la colaboración de las universidades y empresas punteras en el desarrollo tecnológico.

Tal y como aseguraba el general Sáez, celebrar 85 años no es solo mirar hacia atrás con orgullo, sino también reconocer la visión y el compromiso de quienes han hecho posible esta trayectoria: médicos, instructores, técnicos, investigadores y todo el personal que, día tras día, contribuye a mantener los más altos estándares de seguridad y salud de nuestro personal aeronáutico.
Hoy, más que nunca, el CIMA reafirma su compromiso con la innovación, la excelencia académica y la cooperación internacional, asumiendo los retos que plantea la medicina del futuro, tanto en la aviación civil y militar, como en el espacio. Cabe destacar que hace 85 años y ahora el objetivo último del centro siempre ha sido y es el incremento de la seguridad de vuelo a través de la actuación sobre el factor humano.
Y así lo explicaba la coronel Beatriz Puente Espada, directora del CIMA, al enumerar los principales hitos de estos años, pero con vistas al futuro más próximo, el espacio, ya que la excelencia de los aviadores empieza por su preparación física y se mantiene con las revisiones permanentes, además de su formación específica.
"La medicina clásica trata una fisiología anormal en un medio normal, pero la medicina aeroespacial, la que nosotros trabajamos, trata una fisiología normal en un medio anormal", explicaba la coronel Puente. Sería en 1940 cuando se crearon, por Real Decreto, dos institutos de Medicina Aeronáutica, uno en Madrid y otro en Sevilla, pero su nacimiento fue el resultado de la inclusión de la medicina aeroespacial (con personal sanitario del Ejército del Aire de ese momento incluido en aeroevacuaciones o vuelos límites como los gestados por los Grandes Vuelos) en diferentes misiones, "así como la creación del laboratorio de reconocimiento cuando se empiezan a sistematizar los reconocimientos médicos iniciales y periódicos de los pilotos, esbozando una primitiva Cartilla Sanitaria del aviador".
En 1941 se había aprobado la construcción del Instituto de Medicina Aeronáutica de Madrid en la Ciudad Universitaria, concretamente en el semisótano del Pabellón de Fisiología la Facultad de Medicina. Y ee 28 de febrero de 1945 se definen detalladamente las funciones del "Centro de Investigación de Medicina Aeronáutica, Medicina Legal y Psicotecnia del Vuelo, comenzando la auténtica vida del CIMA y siendo director del mismo el coronel médico Mariano Puig".
Esos fueron los primeros pasos que lo han llevado a su realidad actual, en la que el centro se ha convertido en referente para reconocimientos, investigación, formación y entrenamientos en el ámbito aeroespacial civil y militar.
Para ello, se llevan a cabo rreconocimientos médicos del personal de vuelo (pilotos y tripulantes aéreos) y con responsabilidad en vuelo (controladores y pilotos de aeronaves no tripuladas/drones), tanto en el ámbito militar como en el civil.
En cuanto al entrenamiento, desde el CIMA se lleva acabo el entrenamiento fisiológico, que tiene como finalidad entrenar, en un ambiente seguro y controlado, al personal de vuelo en las diferentes situaciones medioambientales que los tripulantes pueden encontrar en el medio aeronáutico (hipobaria, hipoxia, vuelo nocturno, altas aceleraciones…).
Sin olvidarse de su función dentro de la docencia en materia de medicina y fisiopatología aeronáutica a personal sanitario (médicos, enfermeros, tropa sanitaria), técnico (técnicos en entrenamiento fisiológico) y de vuelo; y la investigación operativa y participación en la investigación de los accidentes aéreos.
En lo que se refiere al futuro, el centro, tal y como afirmaba la coronel Puente, mantiene sus investigaciones en mejorar la prevención de accidentes, el desarrollo de una reglamentación médica que se adapte a la evolución de los tiempos, así como la prevención y cuidado de la salud cardiovascular y mental, con una monitorización médica constante y adecuada para cada necesidad. "Con un foco importante en lo que en breve será un nuevo terreno a explorar, que es el espacial, con el conocido como turismo espacial".