El alcalde de Cáceres, Luis Salaya, ha destacado la importancia de los mensajes de paz y multiculturalidad para construir un mundo mejor, como representa el Womad, que predica la multiculturalidad en un momento en el que otros hablan de estercoleros multiculturales; y ha apelado a la responsabilidad individual para reducir el botellón en la Plaza Mayor.
Así lo ha indicado en la presentación de la 30 edición del festival, donde ha felicitado a los organizadores por esta edición, “había ganas de vernos y reencontrarnos con la primavera cacereña y desde luego con este festival que llega en un momento crucial, en el que recuperamos muchas cosas de lo que fue Cáceres, actividades y eventos como este que fue intensamente doloroso separarse hace dos años y fueron decisiones muy difíciles hace algún tiempo”.
“Pero llega también en un momento en el que los mensajes de paz y multiculturalidad son fundamentales”, ha relatado, “Womad nacía hace 30 años en un momento en el que la multiculturalidad, el pacifismo y las ganas de tener un mundo colorido y mestizo ganaban terreno cada día; y llega a su 30 edición en un momento en el que a nadie se le escapa que ideas como esta están a la defensiva, presentamos un festival que predica la multiculturalidad en un momento en el que otros hablan de estercoleros multiculturales”.
“Nosotros presentamos una ciudad y un mundo multicultural, y el convencimiento de que sólo desde la comprensión, los mestizajes culturales y desde la convivencia vamos a ser capaces de construir un mundo mejor”, ha aseverado.
El regidor municipal ha señalado que esta edición “llega en un momento importante para la ciudad, de desarrollo económico pese a todo, de mejora de los datos de empleo y de consolidación de un modelo turístico en el que también tiene mucho que ver este festival”.
Hace 30 años, “Womad representaba, aparte de muchas otras cosas, la convivencia entre la cultura y el patrimonio, la posibilidad de una ciudad monumental viva que no se limitase a ser un museo al aire libre sino que estuviese llena de palacios y piedras que la gente pudiese tocar, bailar y disfrutar, y hoy eso está más vigente que nunca con la oferta cultural y turística de Cáceres, y el festival lo mejora”.
“Viene un Womad que se parecerá mucho a los de años anteriores, lo que es muy bueno, donde primará la seguridad e intentaremos que sea lo más agradable posible”, ha incidido, “pero si queremos seguir teniendo un festival de calidad, que sea referente y lo menos contestado posible, necesitamos reducir notablemente el botellón en la Plaza Mayor durante los días de festival, y esta iniciativa no va a salir de un interés represivo por parte de las instituciones”.
No es posible cerrar la plaza, los controles de acceso son limitados, como todos los años habrá ciertos controles para que no entre vidrio, tapones, etc… “no vamos a poder prohibir llevar bebida y beber en la Plaza, pero si de verdad tenemos ganas de que el festival tenga un futuro como el que ha tenido hasta ahora, hay que poner coto a esto, y quiero hacer una llamada a la responsabilidad individual de los asistentes para que frenen este tipo de conductas. Es algo que perjudica la festival, genera otros problemas y empeora la experiencia de quienes quieren ir a un escuchar música”.
Después de todas las reflexiones que nos ha permitido hacer la pandemia, ha añadido, “creo que es una buena ocasión para ir cambiando la actitud de una parte de nuestros vecinos y quienes nos visitan hacia el festival, que se ha extendido durante los últimos años”.
Salaya ha señalado que este año, entre los cambios del festival habrá un escenario menos, “ya que no habrá el del Instituto de la Juventud de Extremadura en la Plaza de Santa María, un espacio que servía para potenciar y dar visibilidad a grupos extremeños. Esperamos y confiamos que el año que viene el Instituto de la Juventud lo recupere, porque está muy ligado a Womad aunque no lleve 30 años”.