Las enfermedades no transmisibles (ENT) no se transmiten de persona a persona como las infecciosas, pero también tienen un fuerte impacto en la calidad de vida y en los sistemas sanitarios. Según el nuevo informe Las ENT de un Vistazo 2025 de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), las muertes por ENT aumentaron un 43% en la región de las Américas desde el 2000. Desde la entidad expresan que cada 2 segundos alguna persona de menos de 70 años muere por una enfermedad de este tipo.
El Prof. Dr. Marcelo Melo, Director del Hospital de Clínicas de la UBA, advierte sobre la necesidad de una acción urgente para reforzar su prevención: "Ya estamos observando en los centros de salud el impacto de este flagelo, que es aún más difícil de frenar en contextos desafiantes como los que estamos atravesando. Si no tomamos las riendas sobre el asunto, la perspectiva a futuro resulta aún más preocupante, no solo para la salud de las personas sino para las actividades humanas en general".
Ahora bien, ¿qué pasa en Argentina? De acuerdo con el último Boletín de mortalidad por enfermedades no transmisibles publicado por el Ministerio de Salud en 2022, durante ese año las muertes por enfermedades cardiovasculares se ubicaron en primer lugar. En segundo lugar, las muertes por cáncer, seguidas de la mortalidad por enfermedades renales, por diabetes y, en último lugar, por enfermedades respiratorias crónicas, en todos los casos.

"La información por sí sola no alcanza. Aunque sabemos más sobre cómo cuidarnos, factores como el envejecimiento poblacional, el sedentarismo, la mala alimentación, el estrés y las desigualdades sociales siguen presentes. Además, al vivir más años, también vivimos más tiempo con enfermedades crónicas", sostuvo Melo.
Las enfermedades cardiovasculares, que lideran también en la región la cantidad de muertes (con 2,16 millones por año), se registran mayormente a partir de los 60 años y presentan síntomas frecuentes como dolor de pecho opresivo y falta de aire. Pero pueden haber manifestaciones atípicas como sensación de cansancio extremo, debilidad, náuseas y vómitos, dolor mandibular, en la muñeca, sensación de aturdimiento. Todos ellos pueden confundirse con otros problemas como una contractura muscular o trastornos digestivos, por lo que se recomienda nunca subestimar estos síntomas y consultar, tal como advierten desde la División Cardiología del Clínicas.
Según el reporte de la OPS, el cáncer es la segunda ENT que causa más fallecimientos (con 1,37 millones de muertes al año). En Argentina fallecen más de 60 mil personas en el mismo período debido a algún tipo de cáncer según las estimaciones realizadas por el Observatorio Global del Cáncer (Globocan). Desde el Clínicas sostienen que los tipos de cáncer más frecuentes son, en mujeres, el cáncer de mama, de útero, colon, pulmón y tiroides. En hombres, el de colon y recto, próstata, pulmón, riñón y vejiga.
Desde la División Nefrología informan que las enfermedades renales más frecuentes son la nefropatía diabética (con el 40% de los casos), la hipertensión arterial (20%), glomerulopatías (20%), poliquistosis (5%) y otras (15%).
La diabetes es la tercera ENT que causa más muertes en la región, con más de 420.000 casos, de acuerdo con la OPS. En Argentina, según la última Encuesta Nacional de Factores de Riesgo, su prevalencia fue escalando hasta llegar al último registro de 12.7% en mayores de 18 años. Esta tendencia creciente en diabetes es semejante a la observada en sobrepeso y obesidad, lo que sugiere una relación directa entre una y otras.
Tal es así que en un relevamiento hecho por el Clínicas en 2024 durante una campaña anual de concientización organizada por su División Nutrición con una muestra de 633 participantes, un 76% fue diagnosticado con obesidad y un 16% con sobrepeso. Además, arrojó la presencia de diabetes tipo 2 en un 15%. Advirtieron que muchos pacientes desconocían si tenían dichas enfermedades.
Muy cerca de las muertes por diabetes se presentan las causadas por enfermedades respiratorias crónicas, según la OPS. La EPOC es una de ellas. Desde la División Neumonología, aseguran que el 80% de las personas con esta patología no sabe que la padece. La causa principal, en la gran mayoría de los casos, es el tabaquismo. Pero también puede aparecer en personas expuestas durante años a contaminantes ambientales, humo o productos químicos. Entre los síntomas iniciales, mencionan la tos persistente, la falta de aire y los silbidos al respirar.
Por su parte, el asma afecta a unos 4 millones de personas en Argentina y, según estimaciones, la mitad de ellas no lo sabe. Esta afección está en aumento, impulsada por factores como la polución urbana, el uso excesivo de perfumes, la exposición a alérgenos, el estrés y hasta el ciclo hormonal en las mujeres. En nuestro país, se registran unas 15.000 internaciones por crisis asmáticas cada año, y se estiman alrededor de 400 muertes anuales por esta causa. Si no está bien tratada, puede dificultar desde las actividades cotidianas más simples hasta el descanso nocturno, advierten desde el Clínicas.
Seguidamente, desde la OPS afirman que el suicidio es la cuarta causa de muerte entre jóvenes de 15 a 29 años. Desde el Departamento de Pediatría del Clínicas destacan que en los últimos cinco años no solo han crecido los diagnósticos de ansiedad y depresión en menores de edad, sino también las consecuencias más severas de estos cuadros, como el aumento de intentos de suicidio en adolescentes y adultos jóvenes.
Frente a este panorama, especialistas del Hospital de Clínicas de la UBA buscan reforzar la prevención como principal herramienta para evitar y minimizar el desarrollo de enfermedades. Lo primordial es evitar que aparezcan factores de riesgo. En este sentido, la estrategia debe incluir hábitos saludables en la vida diaria:
- Una alimentación saludable y variada que incluya consumo de frutas, verduras, pescado y limitar el consumo de grasas.
- Realizar actividad física regular (al menos 150 minutos de actividad moderada por semana) adaptada y motivacional.
- Cuidar un buen descanso, con una buena calidad de sueño.
- Controlar el estrés. Técnicas de relajación, respiración y meditación ayudan a reducir la ansiedad como también aprender a afrontar distintas situaciones.
- No fumar.
- Evitar el consumo de alcohol.
- Realizarse chequeos periódicos.
En segundo lugar, se debe intentar que quienes ya presentan una enfermedad no desarrollen complicaciones de la misma. Sus controles, tratamientos indicados y seguimiento dependerán exclusivamente de la patología diagnosticada y de cada persona. "Desde edades tempranas, la prevención juega un papel fundamental. Fomentar hábitos saludables establece una base sólida para el resto de la vida", concluye Melo.