La Ministra de Cultura de Panamá, Maruja Herrera, que ha participado esta semana en Barcelona en la conferencia de la UNESCO Mondiacult, asegura que "la cultura no es un lujo ni un accesorio, es un derecho humano".
Herrera ha lanzado el mensaje, desde el espacio dedicado en Mondiacult a Centroamérica y República Dominicana, sobre la necesidad de desplegar "la diplomacia cultural, la multilateralidad y, sobre todo, de reconocer que la educación artística y la educación cultural es importante".
La ministra ha dicho en una entrevista con EFE que la cultura es esencial "para el desarrollo sostenible de los pueblos" y ha pedido que "se proponga en la Agenda 2030 que la cultura sea un eje de transformación social, en un momento en que la cultura de paz y de progreso es fundamental para la humanidad".
En uno de los eventos paralelos de Mondiacult, Herrera, en tanto que presidenta pro tempore del Consejo de Ministros de Cultura del Sistema de Integración Centroamericana (CECC-SICA), abogó por una mayor cooperación con Centroáfrica.

Ministra de Cultura de Panamá, Maruja Herrera. (EFE)
Ambos espacios geográficos esperan contar con el apoyo de la UNESCO para una mayor coordinación: "Me encanta la posibilidad de estrechar lazos con Centroáfrica y poder generar esa reparación del tejido social con los grupos afrodescendientes, siendo ellos también parte esencial de Centroamérica, sobre todo el Caribe, y que apoyaron muchísimo a Panamá", donde representan cerca del 35 % de la población.
La política panameña ha expresado su satisfacción por "poder contribuir a ese desarrollo, a generar ese diálogo sur-sur, y a que florezca esa conexión que nos une, crezca y que la cultura se convierta en un puente".
Herrera ha dedicado una especial atención a los niños y niñas para que sean protegidos sus derechos culturales en general, y en particular reciban una educación cultural de desarrollo sostenible: "Si la educación es la inteligencia intelectual, la cultura proporciona la inteligencia emocional".
La ministra panameña apuesta por que "los derechos culturales de los niños y los jóvenes no sean vulnerados, porque la sociedad puede aprender de su optimismo y su deseo de querer salir adelante".
A su juicio, el mejor ejemplo que ha podido llevar Panamá a Mondiacult es su condición de "país pluricultural y multiétnico" y su idea de que "la cultura no es un lujo, ni un accesorio, y si no se cultiva, puede ser que se seque".
Y añade: "La cultura ha sido vulnerable, pero estoy segura que en todos los países celebramos y cultivamos nuestra cultura, que se manifiesta en nuestra música, la danza, la oralidad y el arte, que han sido mediación, reparación y resistencia frente a la desigualdad".
En un momento en que la paz está en crisis en el mundo, Herrera cree que no es una ingenuidad pensar en la contribución de la cultura a una humanidad pacificada: "Siempre hay que intentarlo, y si no insistimos y no logramos construir esos puentes de paz, no lo vamos a ver, así que hay que insistir en el diálogo, promover entre los jóvenes el pensamiento creativo y el análisis crítico".
Para ilustrar el poder transformador de la cultura, Herrera ha mencionado el ejemplo del Centro de Arte y Cultura de Colón, en Panamá, que ha llevado consigo que haya disminuido ostensiblemente la criminalidad en su zona de influencia en menos de un año y medio.
El mensaje que transmite Panamá desde Mondiacult es, a decir de Herrera, el de "seguir construyendo un camino de paz, lograr el progreso, luchar por la multilateralidad y construir una cultura de paz".