Mons. Salvator Niciteretse es obispo de Bururi (Burundi) y acaba de presentar en Valencia un proyecto para la ampliación del Santuario, ubicado en la ciudad de Buta, un "auténtico pulmón espiritual para toda su diócesis" que recibe cada año la visita de cerca de 70.000 peregrinos.
Se trata del Santuario de los Mártires de la Fraternidad, construido justo en el edificio del Seminario menor, donde fueron martirizados 40 seminaristas en 1997, dentro del contexto de guerra civil que asoló el país entre 1993 y 2005. A todos ellos se les conoce como "mártires de la fraternidad".
Precisamente, sobre estos mártires versa el proyecto "Oasis de paz y reconciliación" para el que Mons. Niciteretse busca la ayuda de la Fundación Ad Gentes y de los católicos valencianos.
Este Santuario de los Mártires de la Fraternidad acoge peregrinaciones no solo de la propia diócesis sino procedentes de todas las diócesis de Burundi y últimamente también de Tanzania "y es difícil encontrar alojamiento donde pasar la noche". También acuden muchos enfermos en peregrinación, y en él se celebran encuentros de sacerdotes, de distintos grupos de laicos, por tanto, "es un lugar de encuentro".

Ahora el objetivo es ampliarlo con una residencia con sesenta y cuatro habitaciones, para facilitar las visitas, permitir encuentros formativos de mayor duración y la posibilidad de realizar retiros espirituales en un lugar tan importante para la fe en aquellas tierras".
Antes de su viaje a Valencia, Mons. Niciteretse celebró una misa con más de 10.000 peregrinos que habían hecho doce horas de camino a pie para llegar y que tuvieron que hacer las mismas doce horas de camino de regreso. Es un Santuario muy visitado y cuenta con la iglesia de Santa María de la Paz, las tumbas de los cuarenta seminaristas y una placa recordatoria con sus nombres.
La diócesis de Burundi tiene altas tasas de pobreza
Mons. Salvator Niciteretse es obispo de Bururi (Burundi) desde el 15 de febrero de 2020 y vicepresidente de la Conferencia Episcopal de Burundi desde el 15 de diciembre de 2022.
La diócesis de Bururi fue creada en 1961 y es una zona con desafíos importantes: altas tasas de pobreza, bajo nivel educativo y limitada riqueza per cápita, según afirma el Obispo.
Es la diócesis más grande, en territorio, de Burundi, aunque perdió territorios para la creación de las nuevas diócesis de Ruyigi en 1973 y Rutana en 2009, pero la que menos porcentaje de católicos tiene.
De los 2.5 millones de habitantes, un 43% son católicos. Los musulmanes, por ejemplo, no llegan al 5%. Hay, sin embargo, una gran presencia de protestantes, anglicanos y pentecostales porque los primeros misioneros que llegaron a la zona fueron de las diferentes ramas protestantes.
La diócesis es una zona marcada por la guerra civil que asoló el país entre 1993 y 2005. Muchos laicos fueron martirizados, pero también dos misioneros javerianos y una voluntaria italiana en 1995, el Nuncio Apostólico en 2003 y los cuarenta seminaristas del seminario menor en 1997.
Los seminaristas del seminario menor fueron martirizados cuando, al irrumpir en el seminario un grupo armado y ordenarles que se separasen entre hutus y tutsis, "teniendo claro que uno de los grupos sería asesinado y reconociéndose hermanos, decidieron permanecer juntos", afirma el Obispo.