En un momento crítico para el planeta, la infancia se enfrenta a una crisis silenciosa. Hoy, uno de cada tres niños y niñas en el mundo no tiene acceso a servicios esenciales como salud, educación o protección, una realidad que pone en jaque sus derechos fundamentales y amenaza con hipotecar el futuro de generaciones enteras; así lo constatan las organizaciones Educo, Plan International, Plataforma de Infancia, Save the Children, Tierra de Hombres España, UNICEF España y World Vision.
En este contexto, la Cuarta Conferencia sobre Financiación para el Desarrollo (FfD4, por sus siglas en inglés) se presenta como una oportunidad histórica para transformar esta realidad. Se trata de mucho más que una cumbre financiera: es un momento decisivo para garantizar que los derechos de la infancia y la juventud estén en el centro de la arquitectura económica global.
El precio de la austeridad lo pagan los niños y niñas
Las políticas de austeridad, la creciente carga de la deuda y los recortes en inversión social han golpeado especialmente a niños, niñas y adolescentes de los contextos más vulnerables. Mientras se discute la sostenibilidad de la deuda en términos macroeconómicos, lo que está en juego es el acceso real de millones de menores a una escuela, a un centro de salud, a un plato de comida.
"La infancia no puede seguir siendo el precio que se paga en cada crisis económica", afirman jóvenes participantes en la conferencia. "Necesitamos soluciones concretas, justas y sostenibles. FfD4 debe ser una conferencia con rostro humano".

Las organizaciones identifican cinco prioridades claras para garantizar un futuro digno para la infancia:
1.Que la financiación ponga a la infancia en el centro
Es imprescindible consolidar sistemas públicos de salud, educación y protección social, inclusivos, equitativos y de calidad, lo más universales posibles. Implica asegurar que estas inversiones lleguen de forma prioritaria a servicios y entornos que afectan directamente su bienestar y desarrollo, como la atención a la primera infancia, la protección frente a la violencia o el acceso efectivo a servicios básicos en las comunidades más vulnerables.
Para ello, se requiere una descentralización fiscal real, que garantice recursos adecuados allí donde más se necesitan. El gasto social no puede depender del ciclo económico: debe ser previsible, sostenido y blindado ante los recortes.
2.La deuda no puede estar por encima de la infancia: uno de cada ocho países gasta más en pagar su deuda que en proteger a su infancia. Proponemos soluciones concretas y que redunden en aliviar el servicio de la deuda, como canjes de deuda por inversión social, bonos verdes y mecanismos de cancelación parcial que permitan a los países invertir en el desarrollo infantil. La deuda no puede seguir comprometiendo el presente ni el futuro de niñas y niños.
3.Recuperar y aumentar la Ayuda Oficial al Desarrollo (AOD)
En un momento en el que la AOD cae drásticamente, urge renovar los compromisos internacionales, empezando por el histórico 0,7% del PIB. Si la AOD se plantea bien en términos de cantidad y de calidad, y desde una mirada de justicia global, consigue proteger a las personas y al planeta, salvar vidas y garantizar derechos humanos y acceso a servicios básicos, especialmente en contextos humanitarios y de extrema pobreza.
4.Una cumbre con participación de niños, niñas y adolescentes
La FfD4 debe ser una plataforma democrática, transparente y transformadora, en la que los niños, niñas y jóvenes participen activamente en la toma de decisiones. Su liderazgo debe ser escuchado y reflejado en los acuerdos finales. Además, se necesita revisar la gobernanza de las instituciones financieras internacionales y promover una nueva arquitectura financiera democrática, inclusiva, ecológica y centrada en los derechos humanos.
5.Un pacto intergeneracional para proteger a la infancia y al planeta
La financiación para el desarrollo debe responder a los desafíos del siglo XXI: crisis climática, desigualdades diversas y extremas, hambre, conflictos prolongados y migraciones forzadas. Esto exige integrar la protección de la infancia en las estrategias de adaptación climática, aumentar la transparencia y combatir la evasión fiscal, y garantizar políticas y presupuestos públicos sensibles a la edad y al género.
Un llamamiento a los gobiernos y a la comunidad internacional
Desde las organizaciones y plataformas que trabajan por los derechos de la infancia, hacemos un llamamiento urgente: no podemos dar un solo paso atrás. La FfD4 debe marcar un punto de inflexión. Si realmente queremos cumplir con la Agenda 2030, los Objetivos de Desarrollo Sostenible, la Agenda de Addis Abeba y el Compromiso de Sevilla, que se adoptará oficialmente en FfD4, necesitamos una financiación que garantice un mundo donde cada niño y niña pueda crecer sano, seguro y con oportunidades reales.
UNICEF en la FfD4
Del 30 de junio al 3 de julio, UNICEF contará con la presencia en Sevilla de expertos de alto nivel -como Kitty van der Heijden, directora ejecutiva adjunta de UNICEF, José María Vera, director ejecutivo de UNICEF España, y Carla Haddad, directora de la división de Alianzas y Fondos Privados de UNICEF-, y de Rober y Amnah, jóvenes del grupo asesor de UNICEF España. Además, la entidad organiza o co-organiza diferentes eventos en el marco de esta conferencia, para abordar temas como la Financiación Sostenible para la Infancia a través de recursos y fondos innovadores. (1 de julio), Inversión pública y privada para terminar con la pobreza infantil (2 de julio), o la financiación de la conectividad a Internet para facilitar la educación de niños y niñas.
"Esta conferencia supone una oportunidad para hablar sobre cómo el mundo puede proteger a la infancia más vulnerable y acelerar el progreso, incluso cuando el panorama de la financiación tradicional se contrae", ha asegurado José María Vera, director ejecutivo de UNICEF España. "Es el momento de promover y ampliar soluciones de financiación innovadoras que ya han sido testadas por UNICEF, y que están logrando un impacto positivo para los niños y niñas en los países de ingresos bajos y medios. En un contexto cambiante, complejo y con continuos recortes de financiación a la ayuda humanitaria y para el desarrollo, no podemos dejar atrás a ningún niño, niña o adolescente del mundo".