Las fiestas de fin de año en España, con el Black Friday, las rebajas y la Navidad como telón de fondo, se han convertido en uno de los momentos de mayor gasto del calendario. Lo que antes era una época de ilusión y reuniones familiares se ha transformado en un periodo de fuerte presión económica para los hogares. Así lo confirma el Primer Estudio de Finanzas Personales y Estilo de Vida, realizado por Bravo, compañía especializada en gestión de deuda, que analiza cómo las compras impulsivas y el consumo estacional impactan directamente en la estabilidad financiera de los españoles.
Un consumo cada vez más condicionado por la emoción
El estudio, basado en una encuesta representativa a más de mil personas en toda España, revela que la publicidad, la presión social y la falta de planificación son los principales factores detrás del sobreendeudamiento. Más de la mitad de los consumidores reconocen haber gastado más de lo que pueden permitirse durante estas fechas, casi sin ser conscientes de ello.
Las campañas de descuentos, desde el Black Friday hasta las rebajas de enero, actúan como catalizadores de un consumo impulsivo que muchas veces se justifica como una "oportunidad que no se puede dejar pasar". Sin embargo, esa aparente ventaja puede acabar convirtiéndose en un problema financiero.
El coste real de la Navidad
Durante la temporada de rebajas, Black Friday y Navidad, los españoles gastan entre 300 y 500 euros de media al año. Lo preocupante es que más de la mitad de ellos (52%) financian esas compras mediante tarjetas, pagos aplazados o préstamos rápidos. En la mayoría de los casos, se trata de créditos de corta duración que se liquidan en menos de tres meses, pero que incrementan el riesgo de sobreendeudamiento si se acumulan con otros gastos o deudas previas.

Black Friday
El 51% de los encuestados admite que la campaña navideña impacta directamente en su economía, y los regalos para familiares y amigos se posicionan como la causa más habitual de desequilibrio financiero. En este contexto, las emociones juegan un papel decisivo: la necesidad de cumplir expectativas, mantener tradiciones o simplemente "no quedarse atrás" frente a los demás impulsa decisiones poco racionales.
Cuando la publicidad impulsa el gasto
El informe también señala que un 38% de los participantes se siente presionado por la publicidad a gastar más de lo previsto. En un entorno donde los descuentos se multiplican y las estrategias de marketing apelan a la urgencia ("solo hoy", "última oportunidad"), resulta cada vez más difícil mantener una actitud racional frente al consumo.
La falta de planificación agrava el problema: más del 50% de los encuestados no elabora un presupuesto para afrontar los gastos de fin de año, y entre quienes sí lo hacen, un 35% termina incumpliéndolo. Este comportamiento evidencia que el control financiero no depende solo de los ingresos, sino también de la gestión emocional del consumo.
Señales positivas: la planificación como escudo
Pese a todo, el estudio de Bravo también detecta señales esperanzadoras. Más de la mitad de los españoles (51%) compara precios antes de comprar, y un 43% elabora listas de necesidades para evitar compras impulsivas. Estos hábitos demuestran que, con planificación y sentido crítico, es posible disfrutar de las fiestas sin comprometer la economía familiar.
Planificar con antelación, fijar un presupuesto realista y priorizar calidad frente a cantidad son estrategias clave para mantener el equilibrio financiero. Bravo recomienda incluso aplicar la llamada "regla de las 24 horas": tomarse un día antes de realizar una compra para distinguir entre una necesidad real y un simple deseo.
Un efecto dominó que puede prevenirse
El sobreendeudamiento derivado de las compras impulsivas no solo afecta al bolsillo, sino también a la estabilidad emocional. La ansiedad por los pagos pendientes, la pérdida de control y la sensación de culpa posterior pueden derivar en un círculo vicioso de estrés financiero.
Para evitarlo, es fundamental comprender que las campañas comerciales están diseñadas para provocar respuestas emocionales inmediatas. Romper ese ciclo requiere educación financiera y una mayor conciencia sobre el verdadero impacto del consumo.
Recuperar el control económico
Cuando las compras impulsivas se traducen en deudas que superan la capacidad de pago, buscar soluciones tempranas es esencial. Alternativas como tener un plan personalizado para liquidar deudas permiten reorganizar la economía personal y recuperar la estabilidad. Este tipo de medidas ayudan a consolidar obligaciones financieras y evitar que los intereses o los impagos agraven la situación.
Desde Bravo recuerdan que las fechas festivas deberían ser sinónimo de unión y disfrute, no de preocupación por el dinero. Planificar, comparar y consumir con sentido crítico son pasos imprescindibles para proteger tanto la economía como el bienestar emocional.
El estudio completo de Bravo profundiza en cómo las dinámicas de consumo estacional influyen en la salud financiera de los españoles y en qué medidas pueden adoptarse para frenar el impacto del gasto impulsivo. Una lectura necesaria para quienes buscan disfrutar de las celebraciones sin que su presupuesto se vea comprometido.





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