La situación de más de 60.000 niños y niñas del estado del Alto Nilo (Sudán del Sur) que sufren desnutrición está en riesgo de empeorar, ya que los suministros de tratamiento se están agotando y los esfuerzos de reabastecimiento se ven obstaculizados, han advertido el Programa Mundial de Alimentos de las Naciones Unidas (PMA) y UNICEF.
La intensificación de los combates a lo largo del Nilo Blanco ha impedido que lleguen suministros humanitarios a la zona en casi un mes. El río es el principal corredor humanitario hacia el Alto Nilo.
El estado del Alto Nilo registra una de las tasas de desnutrición más elevadas de Sudán del Sur, con más de 300.000 niños y niñas afectados por desnutrición moderada o grave en el último año. A medida que avanza la temporada de lluvias y el conflicto sigue desplazando familias, se espera que la propagación de enfermedades transmitidas a través del agua y el aumento de la inseguridad alimentaria contribuyan a aumentar el número de niños desnutridos.
Sin el acceso urgente y el reabastecimiento de ayuda vital, el PMA y UNICEF prevén agotar los suministros de nutrición para tratar los casos moderados y graves de desnutrición a finales de mayo. Esto paralizará los programas de tratamiento vitales en todo el estado, lo que afectará a decenas de miles de niños que lo están recibiendo.

A mediados de abril, las barcazas que transportaban 1.000 toneladas métricas de alimentos y suministros nutricionales con destino al estado del Alto Nilo se vieron obligadas a regresar debido a la inseguridad. Casi 3.000 toneladas métricas adicionales están a la espera en Bor -un centro de carga humanitaria a lo largo del río Nilo- listas para ser entregadas tan pronto como las condiciones lo permitan.
"Los niños ya son los primeros en sufrir durante las emergencias, pero si no podemos hacer llegar los suministros de nutrición es probable que veamos un aumento de la desnutrición en zonas que ya se encuentran al límite", ha explicado Mary-Ellen McGroarty, representante del PMA en Sudán del Sur. "Esta es ya una de las regiones con mayor inseguridad alimentaria en Sudán del Sur, con tasas extremadamente altas de desnutrición. En estas situaciones, cada día marca la diferencia para un niño desnutrido que necesita tratamiento para salvar su vida".
Debido a problemas de seguridad y al alto valor de los suministros nutricionales, el PMA y UNICEF no pueden dejar existencias preparadas para su distribución en zonas inseguras, ya que si lo hicieran las instalaciones sanitarias y los almacenes serían cada vez más vulnerables a los saqueos. En el Alto Nilo, casi 2.000 cajas de suministros nutricionales vitales (unas 26 toneladas métricas) han sido saqueadas desde el inicio del conflicto, privando a unos 1.900 niños y niñas de su única oportunidad de tratamiento y recuperación.
"Hemos tomado a nuestro pesar la medida sin precedentes de retener los suministros por temor a que no lleguen a los niños que tan desesperadamente los necesitan, debido a los continuos combates, saqueos e interrupción de la ruta fluvial", ha declarado Obia Achieng, representante interino de UNICEF en Sudán del Sur. "Si esto continúa, corremos el riesgo de que simplemente se agoten los suministros en los condados de todo el estado a finales de mayo de 2025, con resultados potencialmente catastróficos para los niños y niñas más pequeños y vulnerables".
El PMA y UNICEF advierten de que, sin una reanudación urgente y segura de la distribución de ayuda, los niños de todo el Alto Nilo se enfrentarán a las devastadoras consecuencias de la interrupción del tratamiento, revirtiendo los logros alcanzados con tanto esfuerzo en la lucha contra la desnutrición y poniendo aún más en peligro las vidas de los más jóvenes y vulnerables.