En la búsqueda global de una transición justa y equitativa hacia un futuro sostenible, la estrategia de empoderamiento comunitario emerge como una de las herramientas más efectivas, especialmente en regiones de alta vulnerabilidad como el Corredor Seco centroamericano.
El enfoque aborda las urgentes necesidades de asistencia técnica y adaptación al cambio climático en este territorio árido, además de garantizar que comunidades locales se conviertan en actores centrales de su resiliencia y desarrollo sostenible.
Ese fue uno de los temas del panel 'Transición energética justa en Centroamérica: avances, desafíos y oportunidades para alcanzar un desarrollo sostenible más allá de la mitigación climática para poblaciones altamente vulnerables', convocado por la organización World Vision y Microsol, en el marco de la COP30.
El Corredor Seco, un área de 150.000 kilómetros que atraviesa Centroamérica hasta el sur de México, alberga aproximadamente a 20 millones de personas que se desarrollan en actividades agrícolas.
Si esta región fuese un país, sería el más vulnerable al cambio climático, según estudios de la organización World Vision, donde el 73 % de los habitantes viven en extrema pobreza, y muchos se ven obligados a migrar.

Integrantes de la delegación de China desmontan el pabellón de su país este viernes, mientras los demás pabellones permanecen cerrados tras un incendio en la Blue Zone de la COP30, en Belém. (EFE)
En estas condiciones, la comunidad empoderada se transforma en "socio clave" para desarrollar actividades y prolongar acciones de las organizaciones en territorio, afirmó João Diniz, líder regional de World Vision para América Latina y el Caribe.
El programa 'Esperanza para el Corredor Seco', impulsado por World Vision, tiene como objetivo conectar a múltiples actores para mejorar la calidad de vida en algunas regiones del área y transformar a la comunidad local en protagonistas de la construcción de sus soluciones para que sean prósperas y sostenibles.
Ese empoderamiento va desde identificar y comprender sus necesidades y desafíos, hasta por ejemplo "entender cómo revisar un presupuesto municipal" para que la comunidad sea quien tenga noción para exigir respuestas a las instituciones.
Por eso, el proceso de la organización en el territorio puede extenderse de unos "diez a quince años", afirmó Diniz, o "hasta que se vea una transformación".
Ejemplo de éxito
En Guatemala, donde el Corredor Seco ocupa el 10 % del país, las necesidades abarcan varios frentes: asistencia humanitaria, seguridad alimentaria, agua y saneamiento, acceso a una vivienda digna, cuidado de la tierra y la salud, entre otros.
La organización lleva a cabo una serie de proyectos en el territorio, entre los que se encuentra la iniciativa Utsil Naj, que significa "Un hogar saludable para todos" en maya, en alianza con la ONG peruana Microsol.
El proyecto, que también se desarrolla en México y en Honduras, busca resolver una necesidad de cocción limpia, en un país en el que 54 % de los hogares utiliza cocina con leña, según datos del último censo.
Con la instalación de más de 20.000 estufas mejoradas, se redujeron más de 200.000 toneladas de dióxido de carbono equivalente y mejoró la salud de mujeres, niños y niñas al disminuir su exposición al humo.
Estas acciones, sumadas a la metodología FMNR (por sus siglas en inglés) de World Vision —una técnica de regeneración natural gestionada por agricultores— contribuyen a restaurar ecosistemas degradados y avanzar en la captura de carbono, un modelo cuyo alcance quedó evidenciado en el foro, donde se destacó que uno de los proyectos redujo más de 2 millones de toneladas métricas de dióxido de carbono equivalente.
Presente en el evento, el ministro de Energía y Minas de Guatemala, Víctor Hugo Ventura, afirmó que para el país la transición energética "no es solamente una apuesta", sino que es "una necesidad", y resaltó que debe ser justa yendo "por el principio" sin dejar "a nadie atrás".
Queremos que "los donantes de los países principalmente desarrollados, se comprometan a invertir esos recursos en países como Guatemala, y con eso logramos apoyar a las comunidades a tener acceso a agua, a generar sus recursos naturales y también a tener prácticas más saludables", afirmó Diniz.
"El Corredor Seco tiene necesidades", pero también cuenta con comunidades competentes, comprometidas, y capaces de atraer inversiones, expresó.





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