Con el paso de los años aceptamos muchas creencias tan solo porque nos las han repetido miles de veces. A pesar de las repeticiones y de las creencias populares, lo cierto es que la realidad es mucho más compleja. Por eso, en este artículo vamos a desmontar algunos de los mitos populares más extendidos. Seguro que más de uno te sorprende.
El "Corte de digestión" al bañarse después de comer
¿Cuántas veces has ido a la piscina de pequeño y tu madre te ha dicho que no te podías bañar porque se te podía "cortar la digestión"? Este es el rey de los mitos populares en España y el protagonista de todos los veranos.
El mito consiste en que una persona no se puede bañar después de comer porque corre el riesgo de que se le "corte la digestión" y se sienta mal, pero la digestión no se puede cortar como un cable. Lo único que puede ocurrir en estos casos es un síncope de inmersión debido al cambio brusco de temperatura.
Cuando comemos, parte de nuestra sangre se concentra en el sistema digestivo. Si sometemos al cuerpo a un frío intenso se puede producir una vasoconstricción rápida, es decir, los vasos sanguíneos se estrechan para conservar el calor de forma abrupta provocando mareos, náuseas o, incluso, pérdida de conocimiento.
El problema no tiene que ver con la comida en sí, sino con la diferencia de temperatura que hay entre el cuerpo y el agua. Esto es algo que se puede solucionar entrando en el agua de forma progresiva para que el cuerpo se vaya acostumbrando poco a poco y, no entrar en la misma si se está muy acalorado o se ha hecho ejercicio intenso.
Es malo despertar a un sonámbulo
El mito extendido habla de que despertar a una persona Sonámbula puede provocarle un trauma severo, un shock o incluso un infarto.
Nada más lejos de la realidad, de hecho, una persona Sonámbula tiene como mayor peligro el hacerse daño a sí misma en el caso de que tropiece, se caiga por unas escaleras o salga a la calle en dicho estado.

Sonámbula
Si despiertas a un sonámbulo de golpe lo que sí que puede pasar es que esta persona se sienta desorientada o confusa durante un tiempo, una confusión temporal que nada tiene que ver con los traumas físicos anteriormente mencionados. De todas formas, la mejor solución sería guiar de forma suave a esa persona de vuelta a la cama.
Beber 2 litros de agua al día
Este mito nos habla de que todo el mundo debe beber, al menos, 2 litros de agua al día para tener buena salud. Esto no debe tomarse nunca como una regla estricta, sino como una recomendación general.
La cantidad de agua que una persona puede necesitar depende de ciertos factores clave, por ejemplo, su dieta, el clima, la actividad física, su estado de salud, la edad o el peso entre otros. La mejor guía son las señales de nuestro cuerpo, cuando este tiene sed.
Beber mucha agua sin necesidad puede llegar a ser peligroso. Esto se debe a que se puede diluir el sodio en la sangre causando una hiponatremia, por lo que hay que ser cuidadoso en este sentido.
Las canas y la preocupación
Muchas personas piensan que aquellos que tienen canas es porque han sufrido muchas preocupaciones, pero esto, una vez más, no tiene mucho que ver.
La causa principal es la genética y la edad. Básicamente será la genética de la persona la que dictamine cuando van a salir las canas, por supuesto, teniendo siempre en cuenta la edad. A medida que se envejece las células que producen el pigmento en los folículos pilosos producen menos melanina o se mueren, por lo que se producen las canas.
Las preocupaciones o el estrés lo que pueden hacer es actuar como acelerador, pero nunca como causa directa, de hecho, hay personas que sufren mucho estrés y es posible que nunca lleguen a tener estas canas.
En definitiva, hay que saber bien lo que se esconde detrás de cada creencia popular para no caer en engaños y estar más cerca de la verdad.