Andalucía inicia hoy sábado el periodo de caza mayor, que se prolongará hasta el 8 de febrero de 2026 y donde podrán cazarse especies como el ciervo, gamo, muflón y jabalí, mientras que la cabra montés podrá cazarse hasta el 26 de abril y el corzo, entre el 1 de marzo y el 15 de abril.
La actividad cinegética genera más de 45.000 empleos en la comunidad autónoma y es una herramienta clave para el control de poblaciones y la conservación del medio natural, según informa en un comunicado la Consejería de Sostenibilidad y Medio Ambiente.
La temporada se desarrollará de lunes a domingo, incluidos los días festivos. La nueva temporada se desarrolla dentro de la planificación y objetivos establecidos en el Plan Andaluz de Caza, el principal instrumento de ordenación de la actividad cinegética en la comunidad autónoma, que promueve un modelo sostenible, compatible con la conservación de los ecosistemas y con el desarrollo rural.
Más del 80 % del territorio andaluz está destinado a esta práctica, una labor que realizan más de 163.000 cazadores con licencia de caza en vigor.

La caza constituye una herramienta imprescindible para el control de poblaciones silvestres, especialmente en especies como el jabalí, cuya sobreabundancia puede provocar daños a la agricultura, transmitir enfermedades o alterar el equilibrio ecológico, ha destacado la Consejería.
Por ello, este año se permitirá su caza todos los días de la semana mediante la modalidad de aguardo nocturno desde el 10 de agosto hasta el 8 de febrero, tanto en cotos de caza mayor como en cotos de menor con aprovechamiento secundario de mayor.
En cuanto al corzo, las batidas podrán realizarse en los cotos que las tengan aprobadas en sus planes técnicos únicamente del 1 al 31 de marzo.
Los cotos que hayan cumplido con los cupos previstos en la temporada anterior para ciervo, gamo o muflón y mantengan medidas efectivas de control del cerdo asilvestrado, podrán solicitar la ampliación del periodo hábil de recechos hasta el 31 de mayo.
La Consejería recuerda que todas estas modalidades deben realizarse con estricto respeto a las normas de seguridad y a los planes técnicos de caza, así como a las distancias de seguridad establecidas en la normativa vigente.
Más allá de su valor ambiental, la caza es también una actividad económica y social para Andalucía, en la que trabajan en torno a 45.000 personas, de las cuales más de 12.000 lo hacen de forma directa, y en el medio rural genera servicios indirectos y actividades asociadas -como hostelería, transporte o equipamiento deportivo- que mueven alrededor de 3.500 millones al año.
A ello se suma que el sector cinegético andaluz produce unos 71 millones de euros de beneficios directos, consolidándose como un motor económico fundamental y una fuente de empleo estable en numerosas comarcas.