El Ministerio de Sanidad, en colaboración con la Oficina Regional para Europa de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y el Observatorio Europeo de Sistemas y Políticas de Salud, ha publicado una nota técnica con recomendaciones estratégicas para reforzar la longitudinalidad en la Atención Primaria. Esta dimensión asistencial —entendida como la relación sostenida entre personas y sus profesionales de referencia a lo largo del tiempo— se consolida como un factor clave para la mejora del sistema sanitario.
Evidencia sólida: menos mortalidad, hospitalizaciones y errores clínicos
Diversos estudios analizados en el documento demuestran que una mayor longitudinalidad se asocia a:
- Reducción de hasta el 30% en la mortalidad en pacientes con relaciones estables con su profesional de atención primaria durante más de 15 años.
- Menos ingresos hospitalarios y visitas a urgencias: hasta un 28% y 30% menos, respectivamente, en comparación con pacientes sin longitudinalidad.
- Mejor control de enfermedades crónicas como diabetes, demencia o hipertensión, mayor adherencia a tratamientos y disminución de errores en la prescripción, especialmente en personas con múltiples patologías.
- Mayor eficiencia del sistema sanitario, con reducciones potenciales de hasta el 5,2% en la demanda total de consultas gracias a relaciones estables que evitan reconsultas innecesarias.
Estos beneficios son particularmente significativos en personas mayores, pacientes complejos y personas en situación de vulnerabilidad socioeconómica, quienes requieren mayor continuidad y personalización en la atención.

Estrategias para consolidar la longitudinalidad
El Ministerio de Sanidad impulsa una estrategia integral basada en cinco ejes para reforzar esta dimensión clave del modelo de atención:
- Estabilidad profesional: reducción de la temporalidad mediante contratos duraderos, incentivos en zonas de difícil cobertura y desarrollo profesional continuo.
- Organización en microequipos: médico/a de familia, enfermera/o y administrativo/a con cupos asignados, funcionando como unidad básica de referencia para el seguimiento longitudinal.
- Digitalización con enfoque de continuidad: historia clínica interoperable, citación prioritaria con profesional habitual y uso de herramientas digitales centradas en la relación persona-profesional.
- Estratificación poblacional: uso de Grupos de Morbilidad Ajustada para identificar a pacientes de alta complejidad y priorizar intervenciones con enfoque longitudinal.
- Indicadores específicos: implementación de métricas como el "Usual Provider of Care" (UPC), el tiempo medio de relación con el profesional y la antigüedad en el puesto, para evaluar y comparar la longitudinalidad en las distintas comunidades autónomas.
Un modelo sostenible y centrado en las personas
La longitudinalidad no solo genera beneficios clínicos, sino también satisfacción profesional, ya que promueve relaciones más significativas, mejora la coordinación asistencial y reduce el desgaste laboral en los equipos sanitarios.
El informe destaca que preservar esta continuidad exige un diseño intencional del modelo organizativo, especialmente en un contexto de creciente demanda asistencial, envejecimiento poblacional y escasez de profesionales.
Este compromiso se materializa en el Plan de Acción de Atención Primaria y Comunitaria 2025-2027, que sitúa la longitudinalidad como uno de los pilares para garantizar una atención accesible, equitativa, personalizada y sostenible.





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