Un estudio pionero liderado por investigadores de la Universidad de Granada ha revelado que prácticas como la inclusión de autores sin mérito o la citación de artículos por presión editorial se encuentran bastante extendidas entre la comunidad científica hispanohablante. El trabajo, que acaba de ser publicado en la Revista Española de Documentación Científica del CSIC, analiza las respuestas de 1.254 integrantes de la comunidad científica (profesorado, investigadores, becarios de investigación, etc.) de 19 países de habla hispana a una encuesta sobre este tipo de prácticas, y alerta de que estos comportamientos, aunque no son fraudes directos como la falsificación de datos o el plagio, dañan la credibilidad científica y agravan la polarización social. Para los responsables del estudio, estas conductas están vinculadas a sistemas de incentivos laborales y formativos deficientes que es necesario revisar y corregir.
Liderazgo cuestionable y presiones para publicar
Los resultados del trabajo identifican como principales problemas la obligación de citar trabajos no relevantes (citación coercitiva), la inclusión injustificada de coautores y la falta de revisión bibliográfica. Más del 10% de los encuestados admitió realizar este tipo de prácticas a sabiendas de su carácter éticamente reprobable. Un 15% de los casos vinculó además estas conductas a liderazgos tóxicos en equipos de investigación donde se prioriza la cantidad de publicaciones a la calidad de las mismas.

Para los autores del estudio, estas conductas surgen de presiones para publicar, promocionarse o mejorar el currículum, y advierten del peligro que representan al erosionar la confianza en la ciencia, contribuyendo a alimentar la polarización de la sociedad.
Además, señalan que los jóvenes investigadores que acaban de acceder a la carrera científica son quienes pueden resultar más vulnerables y propensos a replicar este tipo de prácticas por falta de formación o experiencia.
Reformar la evaluación científica y fortalecer la ética académica
Para el análisis de estos resultados, el equipo internacional que ha realizado el estudio, formado por los investigadores de la Universidad de Granada Ana María Ruiz-Ruano García, del Departamento de Psicología Evolutiva y de la Educación, y Jorge López Puga, del Departamento de Personalidad, Evaluación y Tratamiento Psicológico, junto con Ilya Casanova, de la Universidad Laica Eloy Alfaro de Manabí (Ecuador) y Wileidys Artigas Morales, de la Universidad del Zulia (Venezuela), envió más de 6.000 encuestas, obteniendo un total de 1.254 respuestas válidas. Los datos, las herramientas y la metodología de trabajo del proyecto son públicos y están disponibles en Open Science Framework (https://osf.io/s2tgw/), GitHub (https://github.com/dr46/motMisc) y Zenodo (https://zenodo.org/records/14812785).
Para los responsables del estudio, estos resultados ponen de manifiesto que urge reformar los sistemas de evaluación científica y es necesario reforzar la ética en la formación académica. Como señala Jorge López Puga, uno de sus autores, "minimizar estas prácticas es clave para que la ciencia siga constituyendo un motor de progreso".