Con motivo del 50 aniversario de la muerte del dictador Franco, que se produjo el pasado 20 de noviembre, la catedrática de Historia Contemporánea de la Universidad de Huelva (UHU) Encarnación Lemus ha realizado un análisis sobre el proceso de transición española hacia la democracia, un proceso que en principio se inició como el "camino a la sucesión prevista por el régimen", sostiene Lemus.
"La muerte de Franco puso en funcionamiento el mecanismo de la sucesión que llevaba a la entronización del entonces príncipe como Rey y como jefe de del Estado", por lo que "el primer periodo de la Monarquía es la prolongación del régimen", de modo que la dictadura da paso a "un régimen autoritario que está poniendo en marcha las previsiones del dictador", prosigue.
Sin embargo, según sostiene la catedrática de Historia Contemporánea de la UHU, "aunque Franco murió en la cama, la dictadura murió en la calle", parafraseando las palabras de Nicolás Sartorius, motivo por el que "la monarquía autoritaria inicia un proceso de apertura" y se va a abrir posteriormente "un proceso de negociación", pero no en el primer momento, hubo que esperar al reemplazo de Arias Navarro como jefe de gobierno por Adolfo Suárez.
Pero se trata de un proceso de negociación que "tiene su límite", aclara Lemus, convencida de que "los regalos en política no existen", por lo que "quienes detentan el poder se ven obligados a negociar porque desde abajo hay una presión ciudadana, una presión ciudadana importante, toda una movida que se manifiesta de forma contundente contra que no se tomara ninguna medida realmente democratizadora", pero no tan fuerte como para haber acabado con el régimen.

Lemus está convencida por ello de que, "si los partidos opositores hubieran tenido mucho poder, habrían empujado y terminado con el régimen antes", ya que "el empuje de la población no fue suficiente y necesitó de otros sectores políticos y económicos", explica la catedrática de Historia Contemporánea de la UHU, que profundiza en esos otros sectores, como el interés del Rey en permanecer o la atracción de Europa o los intereses del poder económico.
Por un lado, "Juan Carlos estaba casado con Sofía de Grecia, donde en el verano del 75 cae la dictadura, hay un referéndum y la monarquía griega se queda fuera", por lo que el Rey "entra en esa dinámica del reformismo para asegurar que la monarquía vuelva a España", explica Lemus.
Pero además está el aspecto económico, en el que España estaba "absolutamente vinculada a Europa" y esta no la dejaba incorporarse a la Comunidad Económica Europea hasta que no fuese un régimen democrático, a lo que hay que sumar que "los sectores empresariales estaban necesitados de esa normalización económica que le abriera grandes espacios en Europa", explica.
En este punto, Lemus recuerda que "la dictadura comienza como una especie de parapeto para que a la península no llegue el comunismo". Sin embargo, "en el 75 se ha producido lo que llamamos los historiadores la descongelación de la guerra fría, con el acta que cierra la Conferencia de Seguridad en Helsinki, donde los dos grandes bloques se han puesto de acuerdo en que sus conflictos se van a dirimir en un espacio que no es Europa" y se aceptan las dos esferas de influencia en el continente.
La catedrática se adentra también en Andalucía, donde "los sectores opositores estaban muy estructurados" y "a nivel nacional los elementos que destacan son mayormente andaluces", y en Huelva, donde "la banda sonora de la transición la puso Jarcha y la puso Huelva y no ha dejado de marcar ese ritmo de la confianza en el futuro", subraya.





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