El Fusarium R4T, la plaga más temida de la actualidad para las plantaciones de banano, que ya ha causado importantes afectaciones en países de Latinoamérica como Colombia, Venezuela y Perú, acecha a Ecuador, el primer exportador mundial de esta fruta.
El país lleva años preparándose con protocolos para contener cualquier foco de este hongo y seguir proveyendo bananos a más de 70 países alrededor del mundo.
Hasta el momento, y desde que se confirmara por primera vez hace seis años la presencia del Fusarium en Latinoamérica, Ecuador ha logrado mantener fuera de sus fronteras a este patógeno. Sin embargo, una reciente sospecha en una finca de siete hectáreas en Santa Rosa, cercana a la frontera con Perú, activó todos los protocolos diseñados durante años.
El caso, aún pendiente de confirmación, ha puesto en marcha medidas de contención y se convirtió en uno de los principales temas de conversación durante el Banana Time 2025, la convención insignia de la industria bananera de Ecuador y la más grande de América.
La convención reunió en Guayaquil a expertos de países como Brasil, Colombia, Venezuela y Perú para compartir sus experiencias y últimos avances científicos en la neutralización del R4T.
En el encuentro, organizado por la Asociación de Exportadores de Banano del Ecuador (AEBE), el principal gremio exportador del país, el ministro de Agricultura, Ganadería y Pesca, Danilo Palacios, se mostró confiado en la capacidad del sector para hacer frente a amenazas de gran magnitud, recordando casos de éxito como el control de la sigatoka negra.

Convención del Banana Time 2025 en Guayaquil. (EFE)
"Esta alerta en Santa Rosa ha hecho activar el plan de contingencia, que ya marca el camino por donde debemos andar", indicó el subsecretario de Cadenas Estratégicas Agropecuarias del Ministerio de Agricultura, Gustavo Cepeda.
"Estamos desarrollando nuestra fortaleza en educar y capacitar (a productores), pero todos los esfuerzos que tengamos con financiación, créditos o entrega de kits no van a ser suficientes si no hay corresponsabilidad de cada productor y de cada actor de la cadena", añadió.
Cepeda explicó además que se ha activado el comité interinstitucional, que ha reunido a todos los actores de la cadena de valor para coordinar compromisos y acciones conjuntas de respuesta.
Colombia, Australia y Filipinas, ejemplos a seguir
El espejo donde se mira Ecuador son países como Colombia, Australia y Filipinas, que ya han logrado controlar la expansión del hongo. La clave, según coincidieron los expertos, ha sido la capacitación en medidas de bioseguridad, la investigación científica y la cooperación entre el sector público, los gremios y la academia.
"Es necesario que toda la cadena productiva ponga su granito de arena", insistió el coordinador general de Sanidad Vegetal de la Agencia de Regulación y Control Fito y Zoosanitario (Agrocalidad), Larry Rivera, quien destacó que "Ecuador está llamado a unirse a través de toda la cadena agroalimentaria de las musáceas", un sector que genera el 65 % del tráfico portuario del país.
En los últimos años se han realizado en Ecuador más de 100.000 capacitaciones a productores, dirigidas por técnicos de Agrocalidad. También se ejecutan controles permanentes, con pruebas rápidas y de laboratorio, sobrevuelos con drones y análisis satelitales para detectar posibles síntomas como el amarillamiento de las hojas.
Brigadas, drones y arcos
Se han desplegado brigadas de bioseguridad que recorren las plantaciones finca por finca, capacitando a los productores sobre las medidas adecuadas y enseñándoles a identificar los síntomas de la enfermedad. También se han instalado arcos de desinfección en los puntos más críticos.
Un reciente estudio del Observatorio Estadístico del Banano de AEBE, realizado con apoyo de la cooperación alemana (GIZ) a 1.500 productores, reveló que más del 20 % de los pequeños productores todavía no utiliza productos de desinfección.
"Tenemos que trabajar mucho en la cultura de bioseguridad", señaló Paul Vera, director del Observatorio, quien subrayó que "hay que aprender a convivir con la amenaza y tener un enfoque que combine bioseguridad, prevención, control biológico y resistencia genética".