Estamos normalizando el uso de la inteligencia artificial en las actividades del día a día. Cada vez son más las personas que llevan a cabo un montón de consultas diarias y también que automatizan muchas de sus tareas. A pesar de las ventajas que esto tiene, sobre todo en ahorro de tiempo y comodidad, también es importante entender los peligros que se desprenden de su uso.
Y es que, a pesar de que la inteligencia artificial nos puede ayudar en muchas cosas, es importante saber bien cómo funciona o qué características tiene para poder hacer un uso más adecuado de la misma. En este artículo vamos a explorar esos problemas que hay que tener en cuenta para que seamos nosotros los que hagamos un buen uso de esta inteligencia y no sea al revés.
Cuidado con los sesgos algorítmicos y la discriminación
Para ofrecer respuestas a las preguntas de muchas personas la inteligencia artificial se entrena con datos históricos. A diferencia de un ser humano, la inteligencia artificial no puede razonar o ser original, por lo que necesita de datos para poder ofrecer resultados a las consultas que se llevan a cabo.

Teniendo en cuenta esto, es evidente que puede surgir un problema cuando los datos utilizados reflejan desigualdades sociales o falta de diversidad. Esto, que puede parecer un problema menor para aquel que simplemente quiere buscar una receta de cocina saludable por internet, sí que es un problema importante para alguien que pide ayuda a la IA a la hora de recomendar otro contenido o llevar a cabo la contratación de un empleado.
Si la propia inteligencia artificial se basa en datos que reflejan prejuicios o no tienen cierta diversidad en su origen, lo más probable es que el algoritmo aprenda de ellos y, por lo tanto, los resultados arrojados no sean del todo fiables.
La seguridad de los datos también es importante
Para que pueda funcionar bien la inteligencia artificial se nutre de muchos datos y, por desgracia, muchos de ellos son sensibles.
El problema, a día de hoy, es que no hay mucha transparencia en cuanto a la recogida de datos se refiere y también al uso de estos. Es posible que los datos que recopila la propia inteligencia sean utilizados para fines no autorizados y eso puede suponer un problema para la sociedad.
Hemos visto como las inteligencias artificiales se basan en diseños de muchos autores sin que estas se preocupen realmente por asuntos como la propiedad intelectual de los mismos.
El uso fraudulento de la inteligencia artificial y la dependencia de la misma
También hay que tener mucho cuidado con la creación de los Deepfakes o las noticias falsas. Hoy en día resulta muy sencillo crear contenido mediante la inteligencia artificial y, debido a los avances que existen hoy en día, es posible crear contenido falso que no se pueda distinguir de la realidad.
Debido a esto, el usuario tiene que aprender a navegar por internet con mucho más cuidado y desconfiar en buena medida del contenido creado mediante herramientas digitales. No solo podemos encontrarnos con fotos falsas, sino también con vídeos e incluso audios que realmente parecen originales cuando no lo son, lo que es bastante peligroso.
Finalmente, no podemos terminar el artículo sin obviar lo peligroso que resulta la dependencia excesiva de la inteligencia artificial. Si confiamos demasiado en la inteligencia artificial corremos el riesgo de reducir la capacidad humana de pensar de forma crítica y también de aceptar como cierto cosas que realmente no lo son.
La dependencia de la tecnología puede ser algo bastante peligroso, como hemos visto recientemente con el apagón nacional, y con la automatización de tareas por parte de la propia inteligencia artificial nos arriesgamos a perder buena parte de nuestras habilidades como humanos.
En definitiva, podemos concluir que el uso de la inteligencia artificial tiene muchas ventajas, pero tenemos que aprender a utilizarla con prudencia y de forma cautelosa en nuestro día a día. No debemos olvidar que se trata de una herramienta que ha llegado para ayudarnos y nunca para sustituirnos o el día de mañana probablemente estaremos lamentándonos.