Los teléfonos inteligentes se han convertido ya no en un dispositivo de comunicación y ocio, sino en un "imprescindible" para el día a día de la mayoría de las personas. Sin ir más lejos, visualicen una ciudad de hoy y a sus peatones: ¿cuántos llevan el "smartphone" en la mano? Seguramente tantos como en el transporte público.
Sin embargo, ha surgido una nueva tendencia, curiosamente originada entre los más jóvenes de los nativos digitales, aunque adoptada cada vez más por otras generaciones: el "barebacking". ¿Les suena el término?
A pesar de que originalmente estaba asociado a una forma de mantener relaciones íntimas sin protección, esta palabra tiene en la actualidad otro significado. Y es que hoy por hoy "barebacking" se refiere a la costumbre de no utilizar dispositivos electrónicos ni otros objetos de ocio a la hora de desplazarse, ya sea caminando o en transporte público.
Nacido en las redes, pero para no usarlas
Este nuevo contexto para el término se atribuye a Curtis Morton y su podcast británico Behind the Screens. Morton señaló que la mayoría de las personas viajan con sus teléfonos o libros, mientras otros solo "están" ahí. Una reflexión que se viralizó rápidamente en Tiktok, acuñando así esta nueva acepción para la palabra "barebacking".

Los vagones de metro suelen ir llenos de gente escuchando música o mirando el celular, pero cada vez hay más que viajan sin dispositivos. (EFE)
Incluso en esa y otras redes sociales, como X o Instagram, han surgido comunidades que promueven esta tendencia, aunque, irónicamente, esta consista entre otras cosas en no utilizar dichas plataformas durante ese periodo de viajes. Y es que no se trata solo de no usar celulares o tablets, sino que tampoco libros o auriculares: nada.
"Mira que antes siempre estaba o hablando por Whatsapp o mirando las redes sociales, pero ahora simplemente pienso en mis cosas, medito decisiones a tomar o imagino contenidos creativos para desarrollar", dice a Efe Laura, una joven "centennial".
Pero ¿por qué surge esta práctica? Según Amanda Augustine, coach de orientación profesional, se trata de una forma de "reclamar tiempo y espacio para uno mismo", tal y como explicó a Fortune.
Así, muchos de estos desplazamientos sin dispositivos tecnológicos son camino al trabajo: "los empleados tienen que fichar al llegar a la oficina, no cuando suben al tren", dice Augustine, apuntando a que algunas personas prefieren no consultar el correo y las notificaciones de sus empresas fuera del horario laboral.
En esa línea, la psicoterapeuta Eloise Skinner comentó que "los trabajadores pueden sentir que conservan cierta autonomía y control sobre su horario laboral, especialmente porque el viaje a sus puestos constituye un tiempo concreto en torno al que trazar este límite".

¿Es normal caminar hoy día sin el teléfono en la mano? Para algunos, es una elección fundamental. (EFE)
En cuanto al trayecto de regreso a casa, Amanda Augustine señaló que "es un período difícil para muchos empleados, así que no es de extrañar que opten por aprovechar para prepararse mentalmente y relajarse después del trabajo, en lugar de estar revisando correos electrónicos o redes sociales".
Más allá del trabajo, la salud mental
Pero, a su vez, el "barebacking" supone una forma de protesta contra la hiperconectividad y el bombardeo constante de contenidos, tal y como explicó Tamás Bokor, profesor de la Universidad Corvinus en Budapest, Hungría.
"Si bien en estos tiempos es extraño estar simplemente mirando por la ventana mientras viajamos, lo cierto es que es muy favorable para la salud mental", dijo el experto en declaraciones publicadas en el New York Post.
Bokor se refirió a esto como "ociosidad despierta" y destacó que constituye "la mejor defensa contra la sobrecarga de información" ya que de este modo los usuarios tienen "tiempo para organizar los pensamientos en lugar de recibir nuevo contenido".
Algo que la coach Danni Haig confirmó para LadBible, subrayando que "la generación Z ha crecido en un mundo constantemente conectado, donde cada segundo libre se llena navegando o haciendo `scroll´". Por eso, "dejar los auriculares y el teléfono a un lado no es una cuestión de aburrimiento, sino de recuperar la atención y crear espacio para pensar"
Aunque este fenómeno surgió inicialmente en Reino Unido y España, se ha extendido rápidamente por grandes ciudades Europa y Latinoamérica como Ciudad de México, Buenos Aires, Bogotá; y también por Estados Unidos.
Curiosamente, algunos de los que practican el "barebacking" optan por mantener contacto visual con otros pasajeros, algo que ha generado controversia en redes sociales: para algunos, no solo genera incomodidad, sino que roza el acoso; mientras que para otros abre la posibilidad a interacciones sociales que no dependen de la digitalización.
"En mi caso, yo simplemente prefiero estar conmigo misma", dice Laura a Efe. Y es que ese es otro de los detalles que reclaman los "centennials" en estos tiempos: "la soledad voluntaria como una breve píldora de paz mental".