Macarena Ramírez lleva desde los 4 años bailando flamenco. A los 12 interpretó en el cine a una Lola Flores adolescente y comenzó a recorrer los escenarios internacionales con compañías como la de Antonio el Pipa. Y ahora, en su madurez artística y tras un parón de dos años, estrena "Espina", el que dice que es su espectáculo más personal.
Nacida en 1992 en Chiclana de la Frontera (Cádiz), Macarena Ramírez es de esas bailaoras que ha querido ampliar su conocimiento de la danza y el flamenco hasta en la Universidad y que se implica incluso en el diseño de sus trajes o en los 'caracolillos' de su peinado, que convirtió en parte de su señas de identidad cuando en 2021 se proclamó ganadora de la primera edición del programa televisivo "The Dancer".
Aquel éxito fue "un antes y un después" en su carrera, dice en una entrevista con EFE. "Me conoció mucha gente, también fuera del flamenco, y me abrió muchos campos", incluido el de protagonizar anuncios publicitarios.
Un viaje emocional al dolor
El próximo 10 de octubre en el Teatro de Puerto Real, y en el marco de la IV edición de la Bienal de Flamenco de Cádiz, Jerez y Los Puertos, estrena "Espinas", un espectáculo que es "un viaje emocional sobre el dolor, sobre como lo transformamos en fuerza, en belleza", explica.
En un montaje configurado como una triología, Ramírez usa el flamenco para representar "la lucha interna entre la fragilidad y la fortaleza" y "la capacidad que tenemos de levantarnos y florecer".

Bailaora Macarena Ramírez. (EFE)
"No hay ninguna persona en el mundo que no haya pasado por eso. Por eso creo que 'Espina' más que un espectáculo de baile es una experiencia de la vida, quiero que el público conecte con sus propias espinas".
Macarena Ramírez llevaba dos años sin montar un espectáculo nuevo: "he sido madre, me tocó parar, y, por circunstancias de la vida, me tocó parar más que una madre normal".
Pero cree que la "espina" de este parón se ha convertido en "una oportunidad", la de volver ahora "con mucha más fuerza, más madurez".
"No quiero ser como nadie"
Su vínculo con el flamenco no le viene de familia. Cuenta que, con 4 años, cuando iba a la feria no paraba de bailar y por eso su madre decidió llevarla a una escuela de flamenco en Chiclana.
Su profesora vio pronto que la niña tenía talento y le aconsejó ir a formarse a las escuelas de Jerez de la Frontera.
Ganó el concurso televisivo "Veo Veo" en 2001 y 2002 y el premio a jóvenes flamencos 'Desencaja Andalucía' en 2010, entre otros.
Con apenas 12 años interpretó a Lola Flores adolescente en la película "Lola" (2006) y ese mismo año se incorporó a la Compañía de Antonio El Pipa.
Ha formado parte también de compañías como las de Sara Baras y María Pagés
En 2011 participó en la película "Vert, je t'aime vert" de Caroline Chormienne, junto a Cristina Hoyos.
"Espina" sucede a otros espectáculos que ha creado, como "Recuerdos", "Ocho letras, ocho palos" y "Fuimos, somos y seremos" —este último presentado en el Teatro Real—, en los que ha plasmado un lenguaje escénico que ella describe como "antigua moderna".
Tiene, cuenta, "muchos referentes", desde Manuela Carrasco y Matilde Corral a Rocío Molina.
"Pero yo siempre he tenido claro que no quiero ser nadie. Lo importante tiene que ser tener tu estilo personal. si eres una copia de..., nunca llegarás a ser nadie. Quiero se yo, tener mi forma de sentir el flamenco", asegura.
Y ella, que ha estudiado en la universidad y realizado un máster de "Análisis del Flamenco", defiende que todos los bailaores jóvenes hoy "deberían estudiar".
"No es que si tienes una carrera vas a ser más o menos flamenco. Pero yo, a día de hoy, lo veo muy necesario, a mi me ha abierto caminos", asegura.
Tras su estreno en Puerto Real, llevará "Espina" el 24 de octubre al teatro Los Remedios de Sevilla. "Espero poder llevarlo después a muchos teatros más", dice la bailaora.