El pasado fin de semana se produjeron incendios en varias provincias de España, afectando a miles de hectáreas y obligando a cientos de personas a desalojar sus hogares. En particular, el domingo por la tarde el fuego entró en el Parque del Monumento Natural de las Médulas, en León, dañando un paraje natural Patrimonio de la Humanidad y causando graves daños materiales en los pueblos de la zona. WWF se solidariza con las personas afectadas y los equipos de extinción y lamenta estos daños en el patrimonio natural. Además, exige acción urgente y decisiva en la prevención de incendios forestales que, agravados por los efectos negativos de la crisis climática, son cada vez más difíciles de apagar.
El incendio forestal en Las Médulas es un ejemplo de este tipo de incendios inapagables que ha arrasado más de 2000 hectáreas y ha obligado a cerca de 800 personas a salir de sus casas para prevenir daños personales. Son el síntoma más visible de una triple crisis: climática -con altas temperaturas, sequías y olas de calor prolongadas-, territorial – con el agravamiento del abandono rural y la consecuente acumulación de combustible en el campo- y social, marcada por una preocupante falta de prevención real y acción colectiva frente a los incendios forestales.
La ola de calor que asola la Península desde hace más de una semana -y que la AEMET prevé que terminará este miércoles- mantiene a gran parte del territorio nacional en alerta naranja y amarilla por altas temperaturas, especialmente en zonas de interior, en el entorno de los ríos Júcar y Segura y en el bajo Guadalquivir. Esta situación, unida a los fuertes vientos, al abandono de los usos del tradicionales y la escasa gestión del territorio suponen una combinación muy peligrosa que está originando incendios forestales incontrolables durante este verano.

Se trata, por tanto, de una emergencia que subraya la necesidad de repensar la estrategia frente a los incendios forestales, poniendo foco principalmente en la prevención. Aunque España tiene uno de los mejores sistemas de extinción del mundo, hay fuegos que superan cualquier capacidad, como este, y la única forma de evitarlos es gestionar el paisaje y reducir su inflamabilidad.
Otros incendios forestales que afectan a gran parte de la Península
La península está enfrentando múltiples incendios grandes activos, con un impacto importante en Castilla y León, Galicia, Ávila y Navarra, bajo condiciones meteorológicas muy desfavorables y con esfuerzos muy intensos para contenerlos.
- El de Chandrexa de Queixa, en Ourense, Galicia, es uno de los incendios más grandes actualmente, con alrededor de 800-950 hectáreas afectadas. Los servicios de emergencia intentan que no alcance el Parque Natural de la Serra do Invernadoiro. La situación es compleja, aunque algunos incendios secundarios en la provincia están estabilizados o controlados.
- El incendio en San Bartolomé de Pinares - Las Navas del Marqués, en Ávila, sigue activo y ha quemado cerca de 600-650 hectáreas. Más del 90 % del perímetro está estabilizado y se ha permitido el regreso de los evacuados. El fuego está catalogado con índice de gravedad potencial 2, y el operativo sigue trabajando para evitar reactivaciones.
- Hay varios focos activos con nivel de gravedad IGR 2 en Castilla y León como en Llamas de Cabrera y Villaverde de los Cestos, que continúan sin control en algunos frentes debido al combustible abundante y pendientes que dificultan las labores de extinción.
- En Navarra también hay incendios activos, por ejemplo en Carcastillo, donde los equipos continúan con el trabajo de extinción a pesar de las condiciones adversas.
- Las altas temperaturas, viento fuerte y sequedad agravan la situación, y las autoridades mantienen operativos reforzados de brigadistas, la UME, medios aéreos y terrestres para controlar los focos activos y proteger la población y el patrimonio natural.
- La prevención de incendios forestales, única vía para evitar la destrucción de vidas, patrimonio y ecosistemas
El incendio de Las Médulas demuestra que la prevención no es opcional, sino que se trata de la única estrategia capaz de evitar la destrucción de vidas, patrimonio y ecosistemas. Así, en su último informe: "Incendios fuera de control: 20 años promoviendo la prevención", WWF propone una batería de medidas para evitar que incendios como este asolen el país:
- La extinción no basta: Incluso con los mejores medios, hay fuegos que no se pueden apagar. La clave está en reducir el riesgo antes de que empiece el incendio.
- Paisajes menos inflamables: Recuperar usos tradicionales, favorecer mosaicos de cultivos, pastos y bosques, y romper la continuidad del combustible.
- Atajar el abandono rural: Un territorio sin actividad es un territorio que acumula combustible. Recuperar ganadería extensiva y gestión forestal es prevención.
- Integrar el riesgo en la planificación: Urbanismo, infraestructuras y ordenación territorial deben considerar el riesgo de incendio extremo.
- Priorizar zonas críticas: Identificar Zonas de Alto Riesgo de Incendio (ZARI) y concentrar allí los esfuerzos preventivos.
- Cultura de autoprotección: En zonas de interfaz urbano-forestal, cada vivienda debe contar con su propio plan de autoprotección y medidas básicas para resistir un fuego.
- Adaptar el bosque al clima del futuro: Diversificar especies, reducir densidades y acelerar la madurez de los bosques para que sean más resistentes a sequías y calor extremo.
- Prevención social: Combatir las causas humanas de los incendios con educación, sensibilización y sanciones ejemplares.