Aproximadamente 40 millones de personas en el mundo viven con VIH, según cifras de la Organización Mundial de la Salud. En la Universidad de Granada, estudiantes del Grado en Enfermería se preparan para mejorar las actitudes hacia dichos pacientes y combatir los estigmas que afectan a quienes sufren este virus. Estigmas que incluso pueden alcanzar el ámbito de la atención sanitaria.
Las profesoras de la Facultad de Ciencias de la Salud de Ceuta María Gázquez López y María Adelaida Álvarez codirigen esta iniciativa. El proyecto comienza con un diagnóstico de la situación actual. Gracias a cuestionarios, el equipo docente evalúa la actitud de los futuros profesionales de la enfermería ante las personas con VIH.
Las encuestas valoran las actitudes negativas en la práctica sanitaria, en el ámbito familiar y en la integración social, "pero también el estigma benevolente, algo que no se tiene en cuenta de manera habitual", explica la profesora María Adelaida Álvarez. "Este está formado por comportamientos que en principio buscan proteger a la persona con VIH, pero en la práctica suponen un paternalismo que segrega y perjudica a los pacientes". Además, las posturas que reflejan los cuestionarios se relacionan con elementos sociodemográficos como la religión, la orientación sexual y el tipo de relaciones personales.

Con todos los datos recopilados, el profesorado crea un caso clínico que recoge aquellas características capaces de provocar una respuesta más negativa y tendente al rechazo. A partir de ahí, el estudiantado trabaja durante varias semanas dicho caso, realiza debates e identifica los comportamientos que llevan a estigmatizar a los pacientes con VIH.
"Aunque de inicio las actitudes de nuestros estudiantes ante las personas con VIH no son malas, este proceso educativo las mejora bastante, sobre todo a la hora de combatir el estigma benevolente, algo que detectamos en las evaluaciones finales del proyecto", detalla la docente María Adelaida Álvarez.
"Nos podemos equivocar aplicando alguna técnica de enfermería, pero cuando atendemos a una persona no podemos olvidar jamás el trato humano. Cualquier acción que mejore la relación paciente-enfermero es un logro", concluye la profesora de la Facultad de Ciencias de la Salud de Ceuta.