A punto de finalizar su misión en España, el embajador de Japón, Takahiro Nakamae, llama la atención, en una charla con EFE, sobre la necesidad de seguir reforzando las relaciones, especialmente en el ámbito de la seguridad y la defensa, porque "las dos regiones, Euroatlántica e Indo-Pacífico, son indivisibles".
Nakamae está convencido de que el mundo se encuentra en "un punto de inflexión histórico" y que un conflicto bélico como la invasión rusa de Ucrania va a tener repercusiones en Extremo Oriente.
España y Japón celebran esta semana la XXV edición de su foro bilateral en el que delegaciones de alto nivel debaten cómo impulsar la cooperación política, económica y tecnológica, en medio de trascendentales cambios globales.
¿En qué consiste exactamente el Foro España-Japón que se celebra en Barcelona y qué espera de esta edición?
Bueno, ya tiene mucha historia, este año exactamente se conmemora la edición número XXV. A lo largo de la historia, este foro ha constituido una piedra fundamental de las relaciones bilaterales, siempre proponiendo nuevas ideas, nuevos temas para los dos gobiernos. Este año, además de marcar las veinticinco ediciones, creo que es muy importante, porque estamos en un punto de inflexión histórico, el equilibrio de poder está cambiando. Los países emergentes están cada vez con mayor voz en la comunidad internacional. En ese sentido, el manejo del multilateralismo está cambiando. Lo que vemos es que poner en consenso una decisión en los foros multilaterales se está convirtiendo en algo cada vez más difícil. Por otra parte, lo que ocurre en Ucrania con la invasión rusa plantea un desafío muy severo a la integridad del derecho internacional. La idea de un orden internacional libre y abierto se encuentra bajo un fuerte desafío. Japón y España, como socios estratégicos, ¿cuáles son nuestras agendas? ¿Cuáles son los desafíos comunes en este panorama global del día de hoy?
Así que este foro trata temas muy contemporáneos, muy cercanos a nuestra vida. No es, digamos, un foro meramente académico, sino uno que trata de proporcionar claves, una guía a nuestros caminos, definiendo las relaciones bilaterales dentro del orden internacional.
Con esta base, este año se han propuesto tres temas para discusión: el primero es la nueva perspectiva mundial y sus impactos económicos. Es una discusión más global, incluyendo lo geopolítico. Este es un tema que comenzamos a discutir hace dos años, así que es bastante nuevo, pero vamos profundizándolo cada vez más.
El segundo tema es algo que proponemos por primera vez, un desafío que los dos países tenemos en común, que son los desastres naturales, cómo prevenirlos, cómo minimizar sus impactos, cómo manejar el proceso de reconstrucción. Yo creo que Japón y España tienen experiencias y desafíos y hay que intercambiar opiniones y conocimientos acerca de ello. Seguramente nos servirá para futuros desempeños.
Tercero, ahora se habla mucho de la importancia de la seguridad económica; una parte muy importante de la seguridad económica es el mantenimiento y la preservación de la cadena de suministro de las materias primas y, también, de los alimentos. Dicho esto, el tercer tema de este año es la innovación y la seguridad alimentaria. Así que vamos a discutir la seguridad alimentaria desde el punto de vista tecnológico, así como del contexto global.
Usted está a punto de finalizar su misión en España, después de tres años, y regresar a Japón ¿Qué balance hace de su gestión aquí, de las iniciativas tomadas por la Embajada, de los contactos que ha mantenido, de cómo se encontró las relaciones bilaterales y cómo las deja?

El embajador de Japón en España, Takahiro Nakamae, en una entrevista con EFE en vísperas del XXV Foro hispano-japonés que se celebrará esta semana en Barcelona, un foro de alto nivel que analizará el impacto económico del nuevo panorama global, la gestión de desastres naturales y la seguridad alimentaria, entre otros asuntos. (EFE)
En este contexto, mi tema durante estos tres años como embajador de Japón ha sido tal vez cómo definir o, si se quiere, cómo redefinir las relaciones bilaterales.
En otras palabras, cuando hablamos de relaciones bilaterales solemos hablar de una amistad de cuatrocientos años, de intercambio cultural, de turismo... Pero, por otra parte, hay que tener en cuenta que ya hace siete años los dos gobiernos han definido nuestras relaciones como las de socios estratégicos. Pero, ¿qué es ser socios estratégicos? No es un término para ir repitiéndolo sin más, rumiándolo. Nuestro trabajo, nuestra responsabilidad es materializar este concepto en hechos concretos.
Y dicho esto, he enfocado mis esfuerzos en fomentar las relaciones en la economía y las cooperaciones en seguridad y defensa.
En la economía creo que hemos avanzado mucho en fomentar las alianzas empresariales entre España y Japón, Japón y España, con miras a aprovechar las ventajas de ambas partes para salir al mercado global, no limitarse al comercio bilateral entre los dos mercados. Particularmente, en áreas como la energía renovable, infraestructura, informática, nuevas áreas. De hecho, durante estos cinco años Japón es el mayor inversor asiático en España, así que las actividades empresariales han sido muy, muy activas. Cómo mantener este impulso y ponerlo en un contexto estratégico es ahora el trabajo en cuanto a las cooperaciones.
En la defensa ya contamos con nuestro agregado de defensa durante estos tres años. Y este año, España también ha establecido la agregaduría de defensa residente en su Embajada en Tokio. Sobre la base de esta estructura, ha avanzado mucho el diálogo en el área de defensa.
Así que, en suma, yo creo que han sido tres años muy, muy fructíferos, y estoy muy contento.
¿Y si tuviera que señalar algún área donde hubiera que poner especial énfasis a partir de ahora? ¿Hay algo que se esté descuidando en la relación bilateral?
Bueno, estábamos hablando del vaso medio lleno; ahora hablamos del vaso medio vacío. En la economía, todavía hay muchas cosas que hacer. Por ejemplo, son cuatrocientos los establecimientos de empresas japonesas en España. La mitad está en Cataluña y la otra mitad en el resto de España. En Cataluña, por ejemplo, la industria de la informática está avanzando muy rápidamente. Yo creo que para las empresas japonesas es muy importante aprovechar esta tendencia, este movimiento que está surgiendo.
Y en otras regiones también hay industrias, sectores industriales, económicos que tienen ventajas muy fuertes. Francamente, las empresas japonesas no han llegado a aprovechar plenamente estas oportunidades.
Acabo de mencionar que Japón es el mayor inversor asiático en España durante estos cinco años. Dicho esto, naturalmente, hay entradas y hay salidas y todo es una consecuencia de la transformación industrial, o reorganización productiva. Es inevitable, porque la economía es muy dinámica. Pero pensamos que lo importante es cómo podemos ayudar al sector empresarial para que esta transformación necesaria y positiva tenga lugar de una manera armoniosa. Yo creo que tenemos la tarea continua de apoyar a las actividades empresariales.
En cuanto a la seguridad, hemos avanzado mucho, pero hay que seguir avanzando de una manera que produzca ventaja mutua, y sobre la base de la idea de que las dos regiones, Euroatlántica e Indo-Pacífico, son indivisibles. Lo que ocurre en la región euroatlántica, sí o sí, tiene implicaciones en la otra región. Por eso Japón está muy comprometido con el apoyo a Ucrania, porque estamos convencidos de que la consecuencia de (la invasión de) Ucrania va a tener una implicación muy fuerte en el mundo Indo-Pacífico.
Además de ello, nos quedaría trabajo, por ejemplo, en profundizar, fomentar las relaciones de nivel regional. He visitado, creo, trece comunidades autónomas. He hecho visitas oficiales a trece comunidades y he descubierto muchísimas oportunidades, muchísimo potencial para explorar.
Este año se acaba de clausurar la Exposición Universal en Osaka, Kansai, a donde diez Comunidades Autónomas enviaron sus delegaciones para celebrar su jornada o semana, e hicieron sus promociones. Han hecho muy buenos contactos. Hay que aprovecharlos, es necesario hacer un buen seguimiento. Este es otro trabajo.
En cuanto a la gastronomía, es un área con mucho potencial. Vemos que la comida japonesa está muy de moda, pero por otra parte veo que varios restaurantes de clase muy alta, de nivel muy alto, proponen la introducción de la idea de la ingeniería de la cocina japonesa, proponiendo fusiones. Yo veo todo muy positivo, lo que queremos es apoyarles, que se proponga la idea de la cultura culinaria que tenemos, libre de, digamos, exotismo. No se trata de la comida japonesa como una comida exótica, sino una propuesta de gastronomía japonesa para aumentar el nivel de la cultura culinaria de ambos países, al nivel más alto. Yo creo que esto es posible y estamos trabajando en ello.
Turismo: el turismo está aumentando. El año pasado, en 2024, el número de turistas españoles a Japón ha aumentado un 60%, está marcando un récord histórico.
Entonces, (se trata de) cómo mantener este impulso y cómo es posible mejorar el servicio, la calidad y los resultados de este intercambio cultural.
El turismo está aumentando, pero la inversión española directa en Japón parece que no crece lo suficiente. ¿Es así o es una falsa impresión?
Bueno, depende del punto de vista. Lo que veo es que algunas empresas están proponiendo sus inversiones, pero en sectores muy importantes y críticos. El año pasado una empresa, Iberdrola, ganó la licitación de la planta eólica of shore, que implica una inversión enorme. Hay otra empresa, Gestamp, que ya tiene su planta en Japón y fabrica carrocerías y provee de sus productos a las mayores marcas fabricantes de coches. En algunos sectores las empresas españolas tienen ventajas, a nivel global incluso, muy competitivas en un mercado como Japón. Veo que están avanzando y nuestro deseo es agilizar estos intercambios, como mencioné antes, en las áreas de la energía renovable, el hidrógeno verde, las infraestructuras, la informática...
Las cooperaciones empresariales están avanzando mucho. Habrá nuevos descubrimientos, habrá nuevas oportunidades, y la inversión será una consecuencia de estas.
Se ha referido a dos grandes áreas, la región Euroatlántica y la región del Indo-Pacífico. ¿Cree que en España y en la Unión Europea hay suficiente conciencia de las oportunidades y de las amenazas que rondan al Indo-Pacífico? ¿Se conoce bien lo que está pasando allí?
Por una parte, se está avanzando, se está profundizando el conocimiento, se está aumentando la comprensión sobre la situación en el Indo-Pacífico. Por otra parte, yo creo que nunca será suficiente. Lo más importante es seguir conociendo los acontecimientos en ambas regiones y seguir relacionándose bajo el mismo tema común de fomentar el orden internacional libre y abierto, que ahora está bajo un gran desafío.
En el este de Asia se observan intentos de cambiar el statu quo unilateralmente por la fuerza. Creo que necesito llamar la atención de la opinión pública y del Gobierno en este sentido. Con esta conciencia sigo dando conferencias, charlas, o me presento en los medios de comunicación, tratando de explicar las situaciones y la importancia de relacionarse. El esfuerzo continúa, nunca será suficiente.
Ha dicho que está convencido de que lo que está ocurriendo en Ucrania tendrá repercusión en Extremo Oriente. ¿Es la cuestión de Taiwán?
Una simple reflexión es que, si la consecuencia va a ser que un agresor se beneficie de sus hechos, eso daría una lección muy, muy negativa a nivel internacional, no solo a Asia del Este, y no solo a la región que usted acaba de mencionar.
En Asia del Este o el Indo-Pacífico la situación de seguridad es muy complicada ahora. Otro elemento es Corea del Norte, que está desarrollando sus misiles y armas nucleares violando varias resoluciones del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas. Esto afecta no solo a la seguridad regional, sino también a la integridad de las Naciones Unidas como una estructura que supuestamente garantiza el orden global. El mundo está interrelacionado; una cosa que ocurre en una parte ahora tiene muchas implicaciones.
Se dice que son tres las regiones más importantes, más críticas para la paz y el orden global: Europa, Oriente Medio y Asia del Este. En dos de esas tres regiones, ahora estamos observando guerras, conflictos bélicos mejor dicho. La situación no es fácil y Japón, aunque está en una región todavía sin conflictos bélicos, no podemos quedarnos fuera, no somos indiferentes.
¿Qué piensa decirle a su sucesor? ¿Qué consejos le va a dar para el éxito de su misión en España?
Comer bien, viajar mucho, hacer muchos amigos (sonrisas). Mi sucesor es actualmente embajador en Argentina. Quiero decir que me sucedió ahí en Argentina también, así que es la segunda vez que me sucede, que me reemplaza, y con la experiencia en Argentina sabemos que es un hombre capaz de arreglar todo el desastre que he hecho aquí (sonrisas). Es un diplomático eminente, excelente, así que no tengo ninguna preocupación. Él sabe qué tiene que hacer y estoy seguro de que trabajará para fomentar nuestras relaciones.
.. Y le dirá, seguro, que este es un país complicado y que, aunque estemos tan lejos, tuvimos una vinculación histórica con Asia durante siglos. ¿Queda algún tipo de huella española en Japón?
Los portugueses y los españoles son los primeros europeos que llegaron a Japón en el siglo XVI. Y hay varias huellas en la cultura japonesa, por supuesto: yo fui a un colegio de los jesuitas. Todo el mundo en Japón conoce la historia que tenemos con España y Portugal. La ciudad de Nagasaki, por ejemplo, tiene una larga historia de relaciones con el mundo ibérico.
En la Exposición Universal de Osaka, el pabellón español fue uno de los más concurridos, de los más exitosos, por lo que les quiero dar la enhorabuena. El tema de este pabellón era 'Kuroshio', el nombre japonés de una corriente marítima que pasa de Filipinas hacia México en el océano Pacífico y que atraviesa los mares cerca del archipiélago japonés. Por ahí pasaban los galeones entre Filipinas y Nueva España, y ahí comenzaron los intercambios.
Efectivamente, lo descubre un marino español, el vasco Andrés de Urdaneta, lo que se llamó el 'tornaviaje', la ruta de regreso desde Asia a América aprovechando la corriente y los vientos del Pacífico norte.
Sí, y como bien saben al principio del siglo XVII un galeón que viajaba de Filipinas a Nueva España náufrago y llegó a las costas de Japón. Y ahí comenzó una hermosa anécdota que resultó en la 'embajada' de Hasekura, la cual llegó a Sevilla. Pasaron por México, atravesaron el continente y de ahí, cruzando Cuba y el Caribe, llegaron a Sevilla.