Empresas, autoridades locales e instituciones financieras defendieron este lunes, durante un evento organizado por el banco de desarrollo Fonplata en la ciudad brasileña de Belém, una "mirada particular" para seguir avanzando en la expansión de saneamiento básico en la Amazonía.
El alcalde de Belém, Igor Normando, dijo que, una vez termine la cumbre climática de la ONU (COP30), el "gran faro" de la ciudad será convertirse en un "ejemplo" de resiliencia ante el cambio climático.
En ese sentido, destacó la necesidad de "soluciones escalables, gran impacto y bajo costo" y llamó a no quedar "presos" solamente en los grandes proyectos.
Eso es esencial para proteger el mayor bosque tropical del planeta porque, según Normando, "no se preserva la selva si no se tiene en cuenta a las personas que viven allí".
En el caso de la Amazonía, avanzar en la resiliencia exige, muchas veces, adaptarse a su geografía, atravesada por grandes ríos en cuyas orillas vive parte de la población.

De izquierda a derecha, el director ejecutivo de la Asociación brasileña de las empresas estatales de saneamiento, Sérgio Gonçalves, la fundadora y CEO de Aba Climate Solutions, Beatriz Azevedo, el presidente de la empresa Aguas de Pará, André Faco, La coordinadora de Prosedan Pará, Tatiana Barbosa da Costa, y la especialista del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) Juliana Almeida durante un evento este lunes, en Belém. (EFE)
André Faco, presidente de la empresa Aguas de Pará, puso el ejemplo de Vila da Barca, un barrio de Belém en el que hay un gran número de palafitas, edificios construidos sobre el río por medio de estacas de madera.
Para llevar agua potable y saneamiento básico a esas casas, la empresa tuvo que innovar e instalar tuberías debajo de las pasarelas de madera que recorren la comunidad.
"Cada lugar es un lugar diferente", declaró Faco, quien destacó que alrededor de 30 millones de brasileños aún no tienen acceso al agua potable.
En la misma línea, el director ejecutivo de la Asociación brasileña de las empresas estatales de saneamiento, Sérgio Gonçalves, subrayó que hay que estar "abierto" a diferentes tecnologías para superar los desafíos geográficos.
"Cuanto mayor el índice de atención del servicio de saneamiento, mejor es la calidad de vida en la ciudad", declaró.
Por otro lado, aun con las soluciones tecnológicas a mano, se necesita financiación adecuada para alcanzar el objetivo de universalizar el acceso.
Sobre este desafío, la especialista del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) Juliana Almeida informó sobre el aumento de los recursos que su institución destina a proyectos de infraestructura para aumentar la resiliencia urbana.
De hecho, el banco acaba de lanzar un fondo específico, por lo que proyectos de ese tipo tendrán "más probabilidades" de ser aceptados, según Almeida.
"Recursos siempre hay; basta buscarlos", añadió.
La vicepresidenta de Operaciones y Países de Fonplata, Eliana Dam, coincidió en subrayar el papel de los bancos de desarrollo como "catalizadores" de estos avances, aunque admitió que esto solo ocurrirá si se da una "asociación real" con la población.
"Los bancos como Fonplata y como el BID podemos aportar financiación, marcos y seguridad para la inversión, pero la magia ocurre cuando se cruza con operadores locales, que conocen el río, la lluvia, el barrio", afirmó.
Dam, además, expresó su confianza en que proyectos como los que se llevan a cabo en Belém son "escalables" al resto de América Latina, con ciudades que "avanzan más rápido que la infraestructura" y que enfrentan desafíos similares a los de la Amazonía brasileña.
"La resiliencia debe tejerse en el ADN de nuestras comunidades desde el principio y no como una solución que viene después", subrayó.





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