La Rioja fue, en la antigüedad, un territorio muy conflictivo, donde se libraron cruentas batallas en las que murieron gran cantidad de soldados y se forjó parte de la historia grande de España tal como la conocemos actualmente. Como recuerdo de aquellos tiempos todavía existen milenarios castillos que merecen la pena visitar para no olvidar las gloriosas gestas de nuestro pasado.
Castillo de Davalillo
Ubicado en las afueras de San Asensio se encuentra esta imponente fortaleza del siglo XII que cuenta con un recinto amurallado y una gran torre. En la actualidad, está siendo sometida a un completo proceso de rehabilitación que llevará 5 años. El alcalde de San Asensio, Francisco Rojas, dijo en "La Primera Llamada del Día" que, gracias a este trabajo de renovación, la fortificación tendrá hasta 60.000 visitantes por año. Además de restaurar el castillo, se mejorará el camino de acceso, la iluminación, la red eléctrica y se levantará un espacio para espectáculos inmersivos, miradores y zonas de recepción para los visitantes. "Esto puede situarnos en un foco muy singular de La Rioja Alta, tanto desde el punto de vista turístico como cultural", remarcó el magistrado.

Castillo de Aguas Mansas, en Agoncillo
Castillo de Aguas Mansas
En Agoncillo se encuentra esta construcción que fue levantada entre los siglos XIII y XIV. El rey Carlos II se hizo cargo, en sus orígenes, de ella En el siglo XVII pasó a la influyente familia Frías Salazar que lo tuvo en sus manos hasta comienzos del XIX. Durante las guerras carlistas fue usada como cuartel. Actualmente, todavía luce sus cuatro torres originales y parte del foso. Fue declarada, con toda justicia, Monumento Histórico Artístico Nacional, y cuenta con visitas guiadas que permiten conocer sus bellísimos salones.
Castillo de Leiva
En 1478 empezó la construcción de esta fortificación por orden de Antonio de Leiva, un temido soldado, excelente líder y gran estratega que alcanzó fama y fortuna gracias a sus exitosas batallas contra los turcos. El castillo está formado por una planta rectangular de 7 metros de largo por 22 metros de ancho, con cuatro torres en sus esquinas, tres de ellas octogonales y la cuarta decagonal. El conjunto originalmente estaba rodeado por un foso perimetral de defensa que, para evitar accidentes, fue cegado.
Castillo de Cornago
Esta fortaleza fue levantada por el rey Fernando III de Castilla. La construcción pasó a la poderosa familia Luna en el siglo XIV. Cuenta con una planta rectangular con tres torres circulares y una rectangular. Su acceso principal, ubicado en el muro noroeste, es un arco apuntado. En su interior no hay construcciones porque, a principios del siglo XX, se vació para usarlo como cementerio.
Castillo de San Vicente
Situado en la Sonsierra, esta construcción fue levantada en el siglo XII bajo la dirección del maestro Ferrant Moro por orden de Sancho el Sabio. Actualmente, se ingresa a la fortaleza por la Puerta de la Primicia y luego se accede al lugar donde vivían los antiguos pobladores. Al patio de la fortaleza se entra por la Puerta de Salas. Allí se encuentra la iglesia parroquial, la ermita de San Juan y un cortijo usado, hasta no hace mucho tiempo, como cementerio. En la cumbre se hallan la Torre del Homenaje y la Torre del Reloj.