Durante la jornada del curso de formación para profesionales "Oliventura", expertos investigadores alertaron de la enfermedad de la Antracnosis en el olivar al impactar directamente sobre la producción de aceite provocando la caída de frutos al suelo y afectando directamente a la calidad del aceite con el aumento de acidez, pérdida de estabilidad, alterando el sabor y el aroma.
Este fue el tema fundamental tratado en la sesión dedicada a Enfermedades del Olivar en el curso 'Oliventura, un viaje al centro del cultivo del olivar', organizado por el Instituto Andaluz de Investigación y Formación Agraria, Pesquera, Alimentaria y de la Producción Ecológica (Ifapa), el Instituto de Agricultura Sostenible del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (IAS-CSIC), la Sociedad Española de Ciencias Hortícolas (SECH) y AGR de Prado.
En esta ocasión se diferenció entre variedades, hablando de plagas y enfermedades tanto aéreas como radiculares, además de sus herramientas de control y nuevas tecnologías para la aplicación foliar con atomizadores y drones. En concreto, tuvo especial peso la ponencia del investigador de la Universidad de Córdoba (UCO) Juan Moral sobre la antracnosis en olivar, también comúnmente denominada "jabonosa o vivillo" y "gafa" en Portugal.
Según explicó también el director de AGR by De Prado en España, Manuel López, la manera de identificarla en la aceituna es cuando "presenta una textura jabonosa con podredumbre blanda que acaba momificándose. En las ramas, presentaría una desecación y, en el aceite, un color más oscuro, entre naranja y marrón, a diferencia de su color habitual verde-amarillento, que lógicamente causa un defecto de calidad y una depreciación del producto".

Si las condiciones climáticas son propensas, con un otoño cálido y húmedo, será difícil evitar, sobre todo en variedades susceptibles como hojiblanca en España y galega en Portugal. Es lo que ocurrió en la pasada campaña 2024/2025, causando un grave daño en la calidad del aceite, sobre todo en áreas comprendidas entre el sur de Portugal y Córdoba, donde hubo un otoño muy cómodo para el hongo, con abundantes lluvias y falta de frío. En esta campaña de otoño 2025, la ausencia de lluvia habida hasta hoy podría haber ayudado en su control, pero hay que tener en cuenta que el hongo se mantiene latente a la espera de que se reúnan las condiciones de humedad y temperatura para infectar la planta. Varios estudios demuestran la presencia del hongo a lo largo de todo el año, incluso en fases iniciales del ciclo como pueden ser la floración. Además de esto, la comunidad científica alerta y nos confirma que antes de hacer una apreciación visual de la enfermedad en las aceitunas, el Colletotrichum (antracnosis) ya ha penetrado en la aceituna y ya está provocando la subida de la acidez del aceite. Por ello, se recomienda tratamientos preventivos para no permitir que esta enfermedad, la más importante del olivar, pueda mermar la producción y calidad del aceite
Controlar la enfermedad
Para controlar esta enfermedad, es muy importante la elección varietal ya que hay variedades más sensibles que otras. Por ejemplo, hojiblanca es sensible, picual tolerante y arbequina intermedia. Por otro lado, el momento de maduración tiene alto impacto porque una variedad de recolección temprana hará coincidir su momento de envero (va perdiendo sus defensas, sus polifenoles) con en el momento de máximo inóculo en el árbol.
También, se ha demostrado por parte de investigadores de la Universidad de Córdoba la relación entre el contenido de calcio en el fruto y la incidencia de la enfermedad. El calcio ayuda a tener paredes celulares más consistentes, más difíciles de degradar por parte del hongo. Este elemento nutricional es complejo de aportar para las plantas, "habiéndose detectado que su aporte es más eficaz en el momento de máxima división celular, que en nuestro hemisferio norte suele ser mayo y junio, hasta endurecimiento de hueso. A partir de ahí "es muy complicado aumentar el contenido de calcio en fruto", apuntaron Pedro Valverde, del grupo de investigación UCOLIVO, y el responsable de fincas de olivar en España en Grupo De Prado, Martín Sánchez, quienes destacaron que también es muy importante tener en cuenta el momento del control fitosanitario.
En este sentido, señalaron que, aunque sea una enfermedad que se hace visible en otoño, su control debe venir desde atrás. Si se atiende al ciclo del hongo en el olivo, son los meses de abril a junio los de menor producción de inóculo, casi inexistente, coincidiendo con la fase final de caída de frutos momificados. Como materias activas más recomendables, aparte de los cobres, están el Trifloxistrobin y el Tebuconazol en tratamientos hasta agosto (después podría dejar residuos en los aceites), y a partir de esa fecha no queda otra opción que controlar con cobres, ya sea en formato de sulfato, oxicloruro o hidróxido, dependiendo de la situación.





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