De Rosal de la Frontera a Villablanca. De Paymogo a El Cerro del Andévalo. Hasta cincuenta pueblos y aldeas recorrerá este verano Juan Fernández, técnico de cultura de la Diputación y proyeccionista de 'Cine en el pueblo', programa con el que lleva más de tres décadas repartiendo la magia del séptimo arte por toda la provincia de Huelva.
En septiembre, cuando acabe la campaña, su camión, cargado de nuevas experiencias y de noches estivales, habrá sumado unos mil nuevos kilómetros a los más 32.000 kilómetros que Juan Fernández lleva rodados desde 1992, cuando comenzó a llevar el cine todos los rincones de la geografía onubense. Treinta y cuatro años después se ha ganado con méritos el apodo de 'Juan Cine' y ya son muchos los vecinos de la Sierra, el Andévalo y la Cuenca, quienes esperan el día de la proyección para saludarlo. Hasta un homenaje le han hecho en Berrocal este año.
"Hay lugares donde los niños no han visto nunca una pantalla de cine", suele decir. Sitios donde el cine solo llega a través de la televisión. El programa cubre el vacío existente en la provincia de Huelva en programaciones culturales de cine, en municipios y aldeas que tienen algo en común: son todos son menores de 3.000 habitantes.

La proyección de películas al aire libre durante los meses de verano promueve la calidad de vida y el bienestar de la población residente y visitante en los lugares que visita la campaña, rezan las bases de la convocatoria anual de 'Cine en el pueblo'.
Para que sea así, Juan recorre cada tarde -y de vuelta, en la madrugada- las carreteras provinciales para llevar en su camión todo lo necesario: equipos de proyección y sonido, pantalla y películas hasta las plazas de los pueblos, las terrazas, plazas de toros e incluso parajes naturales, gracias al buen clima del territorio provincial. Hace una semana, en Fuenteheridos, instalaron una máquina de palomitas. Y son muchos los pueblos en los que vecinos y vecinos que se sacan sus sillas de playa y su mesa plegable para cenar al aire libre.
Los pueblos y aldeas ofrecen al programa personal de apoyo para labores de carga y descarga, montaje y desmontaje y adecúan un espacio al aire libre, cerrado en su contorno, con toma de corriente y sillas para los espectadores.
Es el caso de Villablanca, donde este verano se proyecta en la Plaza 'Tadeo Jones'. Mario Martín, concejal de Cultura, explica "cuando llega Juan y tiene que hacer el montaje, todos ayudamos en lo que se pueda, porque nos traen algo que es muy bienvenido para el pueblo".
La joven Sofía Modena, que trabaja de voluntaria en las actividades culturales de Villablanca, refiere el acierto de esta campaña "porque no todo el mundo puede ir al cine ni tiene la disposición de un coche para ir a La Antilla a ver una película". A Sagrario Adame, su madre, le gusta que se reúnan todos los niños en la plaza "hoy que hay muchísimo Internet y están todo el día con los móviles, pues todos lo niños vienen aquí, se reúnen, juegan, hablan unos con otros y es muy bonito porque así se mantienen las cosas auténticas de los pueblos".
Para el vicepresidente de la Diputación y alcalde de Villablanca, José Manuel Zamora, "llevar el cine a cualquier punto de la provincia de Huelva, aunque sea una población de trescientos o cuatrocientos habitantes, es un orgullo: el que siente la Diputación por tener este programa".
La infancia de cada lugar es el público más numeroso. "Cuando algunos niños me dicen que ya han visto la película, les digo: la has visto en la tele o el el móvil, pero cuando la veas esta noche en la pantalla grande, me contarás la diferencia", apunta Juan. "En muchos pueblos vienen padres con sus hijos y les cuento que ellos ya venían de niños, cuando proyectaba en 35 milímetros y que me ayudaban con la rebobinadora, los pequeños escuchan esas historias con los ojos como platos".
Cada noche es diferente, pero todas brindan una experiencia única y compartida, en la que se detiene el tiempo y mayores y pequeños se igualan ante de la gran pantalla. "El año pasado, en Cumbres Mayores, -recuerda Juan- un chavalín de cinco años vio por primera vez una peli de Cine en el pueblo. Al terminar vino a buscarme y me abrazó. Y esta semana, al volver al municipio, me estaba esperando". Son experiencias que emocionan y que llenan de sentido los kilómetros.
Antes de preparar el camión para el siguiente pueblo, recuerda un eslogan antiguo que decía: "Sean jóvenes y vayan al cine". Y Juan, amante de su trabajo, añade sonriendo: "y llevaros el canasto con bebidas refrescantes y la tortilla de patatas".