La provincia de Huesca tiene muchísimos atractivos, para ahorrarte tiempo, elegimos las tres opciones imperdibles que puedes visitar esta primavera, gozando de paisajes inigualables pueblos centenarios, construcciones históricas impactantes y la opción de olvidar toda la tensión acumulada por meses y meses de trabajo.
Monasterio de Santa María de Obarra
Ubicado en la comarca de la Ribagorza, este monasterio fue fundado en el siglo XI por maestros lombardos en un valle bellísimo. Está formado por tres construcciones de piedra: el edificio principal es la iglesia de santa María, integrada por tres naves divididas en seis tramos, con un altar mayor presidido por una talla en piedra de la Virgen, del siglo XIV; a pocos metros de allí se encuentra la iglesia de San Pablo, construida en el siglo XII, de una sola nave, que antiguamente daba cobijo y servicio religioso a los peregrinos y viandantes, sobre cuya puerta de acceso hay un crismón; finalmente se puede verse el palacio abacial, de estilo gótico, prácticamente en ruinas.

Santa María de Obarra, escultura gótica
Aínsa
Este pueblo de apenas 2300 habitantes, rodeado de impactantes montañas y bellísimos ríos, situado a solo 100 km de Huesca, fue elegido, en 2018, Capital del Turismo Rural por "Escapada Rural", un portal especializado en turismo campestre; además, la revista "National Geographic" lo nombró como uno de los mejores destinos rurales del mundo. El casco antiguo fue declarado Conjunto Histórico-Artístico en 1965. Su castillo fortaleza, ubicado en el extremo oeste de la Plaza Mayor, cuenta con un mirador que ofrece una de las vistas más espectaculares de los Pirineos. En la explanada próxima al castillo puede visitarse la Cruz Cubierta, un monumento levantado en el siglo XVI que, según la leyenda, representa la aparición de una cruz en llamas que ayudó a las tropas cristianas lideradas por Garcí Ximénez, rey de la Sobrarbe, a derrotar a los ejércitos musulmanes y, de esa forma, reconquistar la villa de Aínsa. Por otro lado, el pueblo es la entrada del Parque Nacional de Ordesa y Monte
Perdido, que en sus 15.600 hectáreas ofrece los valles glaciares de Ordesa, Añisclo, Escuaín y Pineta, y cumbres impactantes como la del Monte Perdido.
Parque nacional de Ordesa
Situado en pleno corazón de los Pirineos, fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Ordesa cuenta con cañones esculpidos por el hielo, paredes que superan los 1000 metros de altura, profundos valles, inolvidables cascadas y grandes bosques. El ascenso al Monte Perdido, con sus 3350 metros, solo se recomienda para los escaladores expertos, pero hay rutas para todos los niveles, incluyendo el sendero de Soaso, accesible a toda la familia, que sigue el valle de Ordesa hasta la cascada de la Cola de Caballo, ofreciendo vistas increíbles que incluyen hayedos milenarios, puentes de madera sobre el río Arazas y una impactante serie de saltos de agua. Con la primavera, los prados empiezan a florecer, cuando los abetos y los pinos renuevan su follaje, creando un contraste con las montañas, mientras los ciervos, que durante el invierno se habían retirado a las zonas más altas, bajan a los valles buscando alimento. La senda de los Cazadores y la Faja de Pelay son perfectas para disfrutar de la variada flora y fauna local.