Agentes de la Policía Nacional han detenido a tres varones por estafar más de 200.000 euros haciéndose pasar por una empresa para la venta de carne. Utilizaban de manera fraudulenta la marca comercial de una empresa para solicitar productos cárnicos a un negocio asentado en Portugal. Contaban con una nave que actuaba como almacén de tránsito para guardar la mercancía antes de ser distribuida a dos empresas ubicadas en la localidad madrileña de Fuenlabrada y en los municipios de Calera y Chozas (Toledo). Se trataba de una organización criminal con reparto de funciones. Uno de los miembros era el responsable de usurpar datos de empresas solventes y otros se encargaban de gestionar los envíos.
Sin respetar la cadena de frío de los alimentos
La investigación comenzó el pasado mes de mayo cuando los agentes tuvieron conocimiento de que se estaba usurpando la marca comercial de un negocio, dedicado legalmente a la producción y distribución de huevos para la compra de productos cárnicos a una empresa portuguesa.
Inicialmente, los autores realizaron el encargo de cuatro camiones de carne congelada siendo enviados tres de ellos por un importe de más de 200.000 euros. Los camiones salieron de Portugal hacia el almacén de tránsito y desde allí, a los destinos de la localidad madrileña de Fuenlabrada y el municipio de Calera y Chozas (Toledo).
Las pesquisas policiales permitieron confirmar que dos de los pedidos llegaron a una pequeña nave destinada al almacenaje de pienso ubicada en la localidad de Calera de Chozas. Esta nave era propiedad de un amigo de uno de los investigados y el producto cárnico fue descargado sin que el local dispusiera de cámaras de frío siendo cargada al día siguiente en otro camión.
El otro pedido quedó almacenado en una empresa localizada en Fuenlabrada y permaneció en cámaras frigoríficas durante varios días, siendo finalmente llevada a una empresa de embutidos para su venta al consumidor.
Contrataron hasta cuatro camiones para transportar carne congelada
En el momento de la detención, a uno de los autores se le intervinieron cinco teléfonos móviles, blíster de tarjetas SIM de diferentes operadoras móviles, sellos de empresas, así como varias fotocopias de DNI de los titulares de esos sellos.
Los investigadores constataron que se trataba de una organización jerarquizada, duradera y con un claro reparto de funciones entre sus miembros. Su modus operandi consistía en que uno de los miembros tenía un vasto conocimiento del modo de trabajo tanto de las empresas de alimentación como de las de transporte, encargándose de usurpar los datos de las empresa solventes y realizar los pedidos de manera fraudulenta. Por otro lado, los otros dos miembros se encargaban de recibir la mercancía y descargarla en las distintas naves, así como de efectuar los pagos de los envíos que siempre se abonaban en efectivo.
Por todos estos hechos, fueros detenidos tres varones como presuntos responsables de un delito de estafa y pertenencia a grupo criminal, pasando posteriormente a disposición de la autoridad judicial.