UNICEF, ACNUR y la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) expresan su más sentido pésame por la pérdida de decenas de vidas tras otro naufragio mortal ocurrido entre el jueves 3 y el viernes 4 de agosto en el mar Mediterráneo.
Según los testimonios de los cuatro supervivientes —un niño de 13 años no acompañado, una mujer y dos hombres—, fueron rescatados por un barco mercante y puestos a salvo en Lampedusa ayer por la Guardia Costera italiana. Los supervivientes informaron de que 41 personas continúan desaparecidas, incluidos tres niños y niñas.
La barcaza de hierro, que partió de Sfax, Túnez, volcó durante la travesía. Las peligrosas condiciones climatológicas provocan que los cruces en este tipo de embarcaciones sean particularmente arriesgados para la navegación, lo que pone de manifiesto el desprecio total de los traficantes de migrantes y refugiados que realizan dichos viajes. Hace tan solo unos días, una madre embarazada y un niño perdieron la vida frente a las costas de Lampedusa, Italia.
Estas cifras se suman al creciente número de muertos por naufragios en el Mediterráneo central. Según el Proyecto Migrantes Desaparecidos de la OIM, ya hay más de 1.800 personas muertas y desaparecidas a lo largo de la ruta este año, que todavía figura entre las más activas y peligrosas a nivel mundial, con más del 75% de las víctimas en el Mediterráneo durante la última década.
Las tres organizaciones de la ONU reiteran la necesidad de que haya mecanismos coordinados de búsqueda y rescate, y continúan pidiendo a los estados que aumenten los recursos y las capacidades para cumplir con sus responsabilidades de manera efectiva.
La OIM, ACNUR y UNICEF están presentes en Lampedusa para apoyar a las autoridades tanto en la fase de desembarco como en la de recepción inicial -garantizando que quienes buscan protección internacional puedan solicitarla y que las personas con necesidades especiales sean identificadas rápidamente-, y para asistir en los traslados. Las tres agencias renuevan su llamamiento para que haya un mayor acceso a vías legales más seguras para la migración y el asilo en la Unión Europea, para evitar que las personas tengan que recurrir a viajes peligrosos en busca de seguridad y protección.