LA INFORMACIÓN también se puede crear, aunque hoy esa creación está supeditada a que las empresas mediáticas suelen no ser ya instrumentos de la acción política, sino la acción política misma, una de las razones por las que existen menos noticias en verano, meses inhábiles de la función pública. El espacio social se erige cada vez más por medio de la proyección mediática de escenarios. Tratamos y comentamos sobre lo que nos sirven, es noticia aquello que se eleva sobre los demás actos noticiables que los gestores de información —a pesar de que su figura aparece difuminada con la ebullición de Internet— saben usar para fovorecer diversas opciones y tendencias que mantengan viva la opinión pública. El primero de julio es como la inauguración del estío informativo oficial y del auténtico veraneo en España. Por estas fechas se empiezan a dar, del mismo modo que los efímeros amores de verano —y las bicicletas—, las serpientes de verano, tan auténticas como el riesgo que puedan correr senderistas y amantes de las zonas menos urbanitas de ser mordidos por un algún ofidio, pero que son una evidencia mediática, un recurso de articulistas desde nuestras guaridas estivales para nutrirse de textos que cubran páginas tanto en Internet y en medios impresos como en radio y televisión y en una época escasa de movimientos políticos y noticias relevantes. Una serpiente de verano es una noticia increíble pero que al mismo tiempo puede ser veraz, aunque magnificada, recreada y alcanzando casi el grado de disparatada. Su origen podría estar en Nessie, el mítico monstruo del Lago Ness, que reaparecía en la estación del ocio. El caso es que cada verano exhibe su inseparable serpiente, evento informativo de rápido calado que finalmente desaparece tal como llegó, tras ser la gran comidilla de toda la nación. A pesar de la crisis, este verano también se producirá su amena virulencia social para que su veneno acabe siendo aliviado, como todos los años, con la cruda realidad que nos espera en septiembre.
Juan Carlos YAGO |
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