La Policía Nacional advierte sobre un grave riesgo que afecta a los menores en determinados juegos online, donde adultos con fines delictivos se hacen pasar por jugadores y ofrecen recompensas digitales, monedas virtuales o ventajas dentro del propio sistema a cambio de imágenes de carácter sexual.
Estos entornos, concebidos originalmente como espacios de creatividad y socialización, se han convertido en plataformas globales con millones de usuarios en todo el mundo, donde niños y adolescentes diseñan sus propios juegos y comparten experiencias virtuales. Sin embargo, la misma libertad y conectividad que fomentan su éxito son también su principal vulnerabilidad. Las estructuras abiertas permiten que adultos se oculten bajo identidades falsas, interactúen con menores sin supervisión y eludan los sistemas de control de edad o verificación parental.
Una de las principales preocupaciones detectadas por los especialistas es la facilidad con la que los menores pueden falsear su edad al registrarse, accediendo así a funciones o chats que no están diseñados para su rango de edad. Este hecho, aparentemente inofensivo, incrementa el riesgo de exposición a contenidos y contactos inapropiados, además de dificultar la protección que ofrecen los sistemas automáticos de moderación. Por ello, la Policía Nacional recomienda que los menores y sus familias indiquen siempre la edad real al registrarse en cualquier servicio digital, garantizando así la aplicación de filtros y medidas de seguridad adecuadas.

Al tratarse de un entorno internacional, las investigaciones de grooming y explotación sexual online se complican notablemente cuando los autores de los hechos se encuentran en otros países. En esos casos, es necesaria la cooperación judicial y policial entre Estados para poder identificar y detener a los responsables, lo que puede demorar la respuesta penal pese a la gravedad de los hechos.
Los agentes subrayan que los menores carecen de la madurez psicológica suficiente para valorar la gravedad de estas propuestas, lo que facilita que sean manipulados mediante promesas de popularidad digital, pertenencia al grupo o mejoras en su progreso dentro del juego. Este tipo de prácticas constituyen un delito de corrupción de menores y explotación sexual en el ámbito online.
A esta situación se suma que los propios juegos generan en los menores una necesidad ficticia y adictiva de conseguir monedas o recompensas, muy similar a la mecánica de las apuestas u otras adicciones. Esa presión psicológica hace que muchos niños se sientan obligados a aceptar condiciones abusivas con tal de avanzar en la partida o mantener su estatus dentro de la comunidad virtual.
La Policía Nacional recomienda a las familias:
- Mantener un diálogo constante con los menores sobre el uso de internet.
- Revisar de manera periódica dispositivos y cuentas digitales.
- Establecer sistemas de control parental adaptados a cada edad.
- Denunciar de inmediato cualquier conducta sospechosa sin culpabilizar nunca al menor.
- Asegurar que los menores registren su edad real para activar los filtros de seguridad.
Asimismo, la Policía aconseja prestar atención a señales de alerta que podrían indicar que un menor está siendo víctima de estas prácticas: cambios bruscos de comportamiento, aislamiento repentino, ocultación del dispositivo, gastos inusuales en plataformas de pago o un interés excesivo por conseguir recompensas virtuales.
Los agentes recuerdan que la protección de la infancia en el entorno digital requiere la implicación activa de padres, educadores e instituciones, así como la colaboración de las empresas tecnológicas para reforzar la seguridad y evitar que los delincuentes aprovechen la vulnerabilidad natural de los menores.