Los hechos ocurrieron en un establecimiento hostelero de la ciudad de León, donde varios
clientes comenzaron a mostrar signos de alarma al observar que una persona se llevaba las manos al cuello, presentando una seria dificultad respiratoria. Ante la evidente situación de riesgo vital, el agente, que se encontraba en el local mientras disfrutaba de sus días de permiso, reaccionó instintiva e inmediatamente, levantándose y acudiendo al lugar sin dudar un instante.