La baja densidad mineral ósea es diagnosticada en hasta dos tercios de los
supervivientes de cáncer pediátrico. Factores directos como la exposición a la radioterapia, e indirectos, como los niveles bajos de actividad física, afectan a la densidad mineral ósea de esta población. Sin embargo, los déficits de fuerza muscular aún no habían sido considerados entre estos factores.