La demencia no solo es una enfermedad de gran incidencia sino de la que se espera un crecimiento exponencial en los próximos años, debido al progresivo envejecimiento de la población, la ausencia de un tratamiento efectivo o la falta de prevención sobre factores de riesgo, como la obesidad, la hipertensión, la diabetes o el tabaquismo, variables controlables o evitables por las que, según un estudio recientemente publicado, se triplicarían los casos de demencia en los próximos 30 años.