Hoy es 31 de octubre, víspera del día de los difuntos, o de todos los Santos, una fiesta de tres mil años de antigüedad “Samhaim”, que coincide a su vez con el solsticio de otoño, un día y una noche que se caracterizan por estar más cerca que nunca el mundo de los vivos y el de los difuntos, y se “puede pasar” de un mundo a otro, la magia se respira en el ambiente, mitad serio y ceremonial, en memoria de los que ya no están, y mitad festivo lúdico para festejar la dicha de estar vivos.